La llegada de la primavera trae consigo un fenómeno natural que puede convertirse en una amenaza silenciosa para muchas viviendas en España: la actividad de la carcoma. Según un reciente informe, cerca del 30% de los hogares en el país tienen más de 50 años de antigüedad, y muchos de ellos cuentan con elementos estructurales y decorativos de madera que son particularmente vulnerables a la infestación de estos insectos xilófagos.
Rentokil Initial advierte que, aunque la actividad destructiva de la carcoma es constante durante todo el año, son en los meses más cálidos cuando aparecen las señales más visibles de su presencia. Los orificios de salida en la superficie de la madera y pequeñas acumulaciones de serrín, que suelen encontrarse al pie de muebles o estructuras, son los indicadores más evidentes. Esta plaga, que se alimenta de la celulosa de la madera, pasa desapercibida durante años, dañando la integridad de las construcciones sin que sus propietarios se percaten del problema hasta que los daños son irreversibles.
La carcoma inicia su ciclo vital como larva, que excava túneles en la madera. Con el tiempo, los ejemplares adultos perforan la superficie para emerger, dejando huellas que pueden ir desde pequeños agujeros circulares en especies menores hasta orificios ovalados de mayor tamaño en especies más grandes. Una vez fuera, estos insectos se aparean y las hembras depositan sus huevos en grietas, lo que facilita la rápida propagación de la plaga.
Luis Calderón, biólogo y Director Técnico de Rentokil, señala que es vital estar atentos a los signos de una infestación activa. La presencia de orificios de salida, montones de serrín y la debilidad de la madera son señales claras que no deben pasarse por alto. Asimismo, la identificación de ejemplares adultos puede resultar clave para detectar una infestación a tiempo, ya que son fácilmente visibles en superficies claras.
Para frenar el daño causado por esta plaga, es fundamental realizar un diagnóstico profesional. Rentokil cuenta con un centro especializado que ofrece soluciones a medida para tratar infestaciones de carcoma, adaptadas según el tipo de madera afectada. La detección temprana es clave para evitar pérdidas económicas y estructurales en viviendas y patrimonio histórico.
Rentokil tiene una larga trayectoria en la protección de la madera, comenzando en 1925 con el desarrollo de un insecticida específico para erradicar la carcoma de un histórico edificio en Londres. Hoy, su misión continúa siendo la protección de la madera en diversos entornos, combinando ciencia, experiencia y tecnología.