La agrovoltaica en España: Una solución sostenible para el Sector Agrícola

En un mundo cada vez más consciente de la necesidad de la sostenibilidad, el sector agrícola se enfrenta al desafío de seguir produciendo sin malgastar recursos. La agrovoltaica, una innovadora fusión de agricultura y energía solar, se presenta como una solución prometedora para abordar este reto. Aunque no es un concepto nuevo, ya que se planteó en la década de los 80, la agrovoltaica está ganando terreno como un enfoque productivo y sostenible para el campo español.

El sistema agrovoltaico consiste en la instalación de paneles solares fotovoltaicos en terrenos dedicados a la agricultura y la ganadería, permitiendo la coexistencia de plantas, animales y generación de energía limpia en la misma superficie. Esta integración inteligente aprovecha al máximo el espacio disponible, optimizando la producción agrícola y energética de manera simultánea.

Además de su eficiencia en el uso del suelo, la agrovoltaica ofrece numerosos beneficios ambientales y económicos. Al promover el uso de energías renovables sin emisiones de CO2, contribuye a la lucha contra el cambio climático. Si se implementa en cultivos existentes, se puede compensar la demanda energética sin necesidad de ocupar nuevas áreas, preservando así la biodiversidad.

Desde el punto de vista económico, los propietarios de los terrenos también se benefician. Aunque los paneles solares pueden crear sombra y afectar ligeramente la productividad de los cultivos, esto se compensa con la generación de energía. Además, las placas ayudan a reducir la evaporación del agua, lo que se traduce en un ahorro en el riego. Asimismo, sirven como protección contra granizadas y otros fenómenos meteorológicos adversos, tanto para los animales como para las plantas.

La implementación de la agrovoltaica requiere una inversión inicial considerable, pero existen numerosas subvenciones que pueden cubrir hasta el 50% de los costes de instalación de los paneles. Además, el ahorro energético a largo plazo compensa ampliamente esta inversión inicial. De hecho, las placas solares podrían llegar a abastecer completamente las necesidades energéticas del terreno, convirtiendo la zona en energéticamente independiente.

En cuanto a su funcionamiento, los paneles solares se colocan sobre soportes fijos elevados a unos 5 metros de altura, permitiendo el uso de maquinaria agrícola en la parte inferior. En casos donde esto no sea posible, se exploran alternativas como la instalación de placas sobre cables elevados, techos de invernaderos u otros lugares estratégicos. Algunos modelos incluso son desmontables y ajustables manualmente para adaptarse a las condiciones climáticas y estacionales, buscando siempre la orientación óptima.

La agrovoltaica está evolucionando de la mano de tecnologías como la inteligencia artificial y el big data. Por ejemplo, los paneles pueden ajustarse automáticamente en función del crecimiento de los cultivos, regulando la cantidad de luz que dejan pasar o brindando protección ante eventos climáticos extremos.

España está apostando fuertemente por esta fuente de energía, con numerosos proyectos en marcha. Se espera que la agrovoltaica siga progresando y superando los desafíos actuales, como la aparición de sombras. En este sentido, se están desarrollando paneles con polímeros semitransparentes inteligentes que permitirán el paso de la luz necesaria para la fotosíntesis mientras absorben el resto para generar energía solar.

La agrovoltaica se perfila como una solución innovadora y sostenible para el sector agrícola español, armonizando la producción de alimentos con la generación de energía limpia. A medida que esta tecnología siga evolucionando, se espera que desempeñe un papel cada vez más importante en la transición hacia un futuro más verde y sostenible para el campo español.

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