Los ataques aéreos israelíes han intensificado su alcance en el Líbano, golpeando objetivos en diversas localidades del país, incluyendo instalaciones de la ONU en la zona conocida como la Línea Azul. Este desarrollo ha llevado a los principales negociadores de la ONU y al personal humanitario a condenar las acciones y a alertar sobre el inminente colapso de los servicios esenciales en el sur de Líbano.
En un incidente que ha suscitado preocupación, una posición de mantenimiento de la paz de la ONU fue impactada «aparentemente de forma deliberada» por disparos del Ejército israelí. Según informes de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (UNIFIL), a primera hora del miércoles, un tanque Merkava israelí disparó hacia una de las torres de vigilancia, resultando en la destrucción de dos cámaras y daños en la torre misma.
La Misión de la ONU en Líbano ha expresado su indignación ante este acto, recordando a las fuerzas israelíes su obligación de garantizar la seguridad del personal de la ONU y de respetar la inviolabilidad de sus instalaciones.
La escalada de la violencia también ha afectado a la población civil. La aviación israelí ha llevado a cabo ataques sobre la ciudad de Nabatieh, en el sur del Líbano, donde cinco personas han perdido la vida, incluido el alcalde de la localidad y un socorrista humanitario. La coordinadora especial de la ONU para el país, Jeanine Hennis-Plasschaert, subrayó que el sufrimiento de la población civil ha alcanzado niveles sin precedentes, haciendo un llamamiento urgente a la calma y a la búsqueda de soluciones diplomáticas.
Hennis-Plasschaert advirtió que las soluciones militares no ofrecerán seguridad a ninguno de los bandos en conflicto y que es fundamental que todos los actores involucrados cesen el fuego de inmediato. Al mismo tiempo, el máximo responsable de ayuda de la ONU en Líbano, Imran Riza, destacó la gravedad de la situación, señalando un aumento en el número de víctimas civiles, desplazamientos masivos y daños extensos en la infraestructura del país. Riza hizo un llamado contundente para que el ciclo de violencia termine.
En el contexto de la crisis, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU ha informado sobre el impacto de la situación en Siria. Con el flujo de refugiados que escapan del conflicto en el Líbano, se señala que los que ya enfrentaban dificultades en Siria se encuentran en un «punto de ruptura». Hasta ahora, unas 260,000 personas han cruzado a Siria en busca de seguridad, contribuyendo a la creciente crisis humanitaria en la región. La situación de inseguridad alimentaria en Siria se ha agravado, con más de la mitad de su población en riesgo, mientras las familias que luchan por sobrevivir ahora deben abrir sus puertas a aquellos que llegan desde el país vecino.
Fuente: ONU últimas noticias
