El pasado 5 de diciembre, Madrid se convirtió en el epicentro del debate sobre la salud de los suelos en Europa, coincidiendo con la celebración del Día Internacional de los Suelos. El evento, organizado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), fue inaugurado por el ministro Luis Planas, quien enfatizó la importancia de centrar la política agraria y ambiental en la salud del suelo. Este encuentro, que reunió a expertos en ciencia, normativa europea y representantes del sector agrario, subrayó la urgencia de actuar de manera conjunta ante un desafío compartido.
En el centro del debate estuvo la reciente aprobación de la nueva Directiva Europea de Vigilancia y Resiliencia del Suelo, que tiene como objetivo transformar el marco agrario europeo. Por primera vez, la legislación europea aborda el suelo como un recurso vivo, vulnerable y estratégico, estableciendo definiciones armonizadas y metodologías comunes. Entre sus ambiciosos objetivos destaca la meta de que todos los suelos de la Unión Europea sean saludables para 2050, con plazos claros que incluyen la elaboración de inventarios de suelos contaminados antes de 2029 y la realización de evaluaciones de salud del suelo cada seis años.
La participación de INTERECO, la asociación que agrupa a las autoridades públicas de control de agricultura ecológica, fue crucial en la jornada. Con su experiencia y datos científicos, INTERECO argumentó que las prácticas ecológicas son esenciales no solo para mejorar la calidad del suelo, sino también para incrementar la capacidad de secuestro de carbono y fomentar la biodiversidad. Durante el encuentro, se destacó que el 44% de los suelos agrícolas europeos están perdiendo carbono, y que hay 50 millones de hectáreas que podrían mejorar su capacidad de almacenamiento mediante prácticas sostenibles.
La situación en España es crítica, dada su diversidad edafológica y su importancia en la producción agrícola europea. La cooperación entre el MAPA e INTERECO se perfila como un elemento clave para la implementación exitosa de la nueva directiva. Los datos reales obtenidos en el terreno serán fundamentales en la transición hacia suelos más saludables.
El mensaje que dejó la jornada es contundente: la sostenibilidad no se trata solo de discursos, sino de acciones concretas que se deben llevar a cabo a nivel del suelo, que sostiene la vida, purifica el agua y es fundamental para la agricultura. Europa ha tomado la decisión de prestar atención a este recurso vital, y España, gracias al liderazgo de sus organismos de certificación ecológica, tiene la oportunidad de desempeñar un papel relevante en la lucha contra la degradación del suelo y el cambio climático. La transición ecológica, y por ende la lucha climática, se llevará a cabo en el suelo, y 2025 se perfila como el inicio de este ambicioso camino.
