Durante décadas, Windows ha sido la plataforma predilecta para los videojuegos en PC, destacándose por su apertura, flexibilidad y diseño orientado a los jugadores. Desde los clásicos como «Diablo» hasta las experiencias más avanzadas de la actualidad, impulsadas por DirectX y gráficos basados en inteligencia artificial, Windows ha colaborado estrechamente con desarrolladores, creadores y fabricantes de hardware para impulsar tanto el software como el hardware hacia adelante. Esta colaboración sigue vigente y ha permitido crear nuevas formas de jugar, ya sea en potentes equipos de escritorio o en dispositivos portátiles diseñados específicamente para este propósito.
El año 2025 marcó un hito para los juegos en Windows 11, que se volvieron más rápidos, portátiles e inmersivos visualmente. Se introdujo una experiencia portátil diseñada especialmente con el lanzamiento de los dispositivos ROG Xbox Ally y ROG Xbox Ally X, así como la ampliación de las capacidades de juego para laptops Arm con Windows, junto con avances en DirectX que mejoraron el rendimiento de trazado de rayos en hasta 2.3 veces en el hardware compatible, abriendo paso a la representación neural.
La libertad que ofrece Windows, combinada con la potencia de Xbox y una profunda asociación con ASUS y AMD, ha llevado a un avance significativo en el juego portátil. El ROG Xbox Ally, potenciado por procesadores AMD Ryzen Z2 Series, ha elevado el estándar en el mundo del gaming, donde el rendimiento, la eficiencia energética y la latencia de entrada son cruciales. Esta colaboración ha hecho que jugar en Windows sea mejor en todos los dispositivos, y muchas de las innovaciones de este año son reflexiones de esos esfuerzos. Una de las características destacadas es la experiencia a pantalla completa de Xbox para dispositivos portátiles, que ofrece una interfaz optimizada y un rendimiento más fluido al reducir la actividad de fondo.
Además, se implementó la Entrega Avanzada de Shaders, la cual acelera el inicio de nuevos juegos al entregar shaders precompilados en el momento de la instalación, disminuyendo significativamente el tiempo de espera y los problemas de rendimiento inicial. Números como una reducción de hasta el 95% en los tiempos de carga de «Call of Duty: Black Ops 7» lo demuestran. Por otra parte, se han optimizado las capacidades de gestión del sistema, mejorando la eficiencia sin sacrificar el rendimiento, lo que enfatiza la intención de Windows de competir con consolas.
Otro aspecto relevante es el avance en los juegos en Arm, donde en 2025 se puso énfasis en la instalación local de juegos a través de la aplicación Xbox, permitiendo a los usuarios jugar títulos de manera más rápida y eficaz sin depender del streaming. Se amplió también la compatibilidad de Prism, el emulador de software x86/x64 para Arm, y se implementaron soluciones nativas de anti-trampas, lo que es un paso crucial para los jugadores competitivos en esta arquitectura.
La evolución de DirectX continúa siendo clave en el desarrollo de experiencias de juego en PC, con el lanzamiento de DirectX Raytracing 1.2, que permite avances en el trazado de rayos y sienta las bases para una futura integración de renderizado neural. Estas capacidades se tradujeron en mejoras significativas en el rendimiento visual y la calidad de audio, gracias al soporte para el estándar de audio Bluetooth LE, que mejora la calidad del sonido y la accesibilidad para los jugadores.
Con miras al futuro, Windows se compromete a seguir transformando la experiencia de juego en PC, buscando empoderar a los jugadores para que jueguen lo que quieran, con quien deseen y donde deseen. Las innovaciones presentadas este año, como la expansión de la experiencia a pantalla completa, la mejora en la entrega de shaders y el estreno próximo de Auto Super Resolution, son solo el comienzo de lo que está por venir en el mundo de los videojuegos.
vía: Microsoft Windows blog
