Incremento en la educación terciaria entre jóvenes extranjeros: una nueva tendencia educativa global

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Entre 2014 y 2024, la proporción de ciudadanos no pertenecientes a la Unión Europea (UE) de entre 25 y 34 años que residen en la UE y que cuentan con educación terciaria, conforme a los niveles ISCED 5-8, experimentó un notable aumento del 12,5 puntos porcentuales, pasando del 24,2 % en 2014 al 36,7 % en 2024. En comparación, la cifra correspondiente a los ciudadanos de otros países de la UE en la misma franja etaria alcanzó el 41,1 % en 2024, lo que supone un crecimiento de 7,4 puntos porcentuales respecto al 33,7 % de 2014.

En el caso de los ciudadanos del país reportante, el porcentaje de jóvenes con educación terciaria fue de 45,1 % el año pasado, un aumento de 8,3 puntos porcentuales desde el 36,8 % en 2014. Este incremento resalta la creciente importancia de la educación superior en un contexto globalizado.

Desde una perspectiva de género, las mujeres de 25 a 34 años del país reportante demostraron tener la mayor proporción de educación terciaria, alcanzando un 51,2 %. Esto se sitúa por encima de las mujeres de otros países de la UE (45,9 %) y las de países no pertenecientes a dicha unión (40,5 %). Curiosamente, las mujeres de países no pertenecientes a la UE presentan un mayor porcentaje de educación terciaria que los hombres de los países reportantes, quienes mostraron un 39,3 %, consolidándose como el grupo con mayor proporción entre los hombres. Les siguen los hombres de otros países de la UE (36,2 %) y los de países no pertenecientes a la unión (33,0 %).

El análisis revela también una clara brecha de género en todas las categorías de ciudadanía. La diferencia más significativa se observó entre mujeres y hombres ciudadanos del país reportante, con 11,9 puntos porcentuales, seguida por una brecha de 9,7 puntos porcentuales entre ciudadanos de otros países de la UE y de 7,5 puntos en el caso de los ciudadanos de países no pertenecientes a la unión.

Estos datos subrayan no solo el aumento en la educación terciaria entre los jóvenes en la UE, sino también la necesidad de abordar las diferencias de género en el acceso a la educación, un factor crucial para el desarrollo social y económico de la región.