El huracán Melissa, considerado el más potente de 2025 y uno de los tres más intensos en la historia de Cuba, ha dejado un devastador impacto en el Caribe. Este fenómeno meteorológico tocó tierra en Jamaica como huracán de categoría 5 la noche del 28 de octubre, antes de debilitarse a categoría 3 y continuar su trayectoria destructiva hacia Cuba, Haití y República Dominicana. Las lluvias torrenciales y vientos que superaron los 200 kilómetros por hora causaron inundaciones y severos daños a la infraestructura, además de pérdidas significativas en el sector agrícola.
Desde La Habana, Francisco Pichón, coordinador residente de la ONU en Cuba, informó que Melissa afectó con especial intensidad a la provincia de Santiago de Cuba, donde las inundaciones y destrucción de viviendas han sido considerables. Pichón advirtió que las «necesidades superan con creces la capacidad de respuesta del país» ante esta emergencia, subrayando que el impacto ha recaído en regiones que ya enfrentaban las secuelas del huracán Óscar y dos terremotos ocurridos el año anterior. El coordinador también destacó que el embargo económico y las sanciones financieras que sufre el país complican la obtención de recursos para operaciones humanitarias.
En Haití, la situación se agrava tras el paso de Melissa, con al menos 24 muertes y una infraestructura devastada. Gregoir Goodstein, coordinador humanitario interino de la ONU en Haití, indicó que el huracán ha provocado lluvias intensas, inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra. Gracias a un financiamiento anticipado, las agencias de la ONU lograron establecer refugios y movilizar suministros antes de la llegada del huracán, lo que permitió mitigar parcialmente los efectos del desastre.
La crisis se extiende más allá de Haití y Cuba. UNICEF ha estimado que más de 700.000 niños y adolescentes han sido afectados en toda la región, con la necesidad urgente de alimentos, agua potable y acceso a servicios de salud y educación. En respuesta, UNICEF está desplegando equipos en los países más golpeados y ha solicitado 46,5 millones de dólares para asistir a 380.000 niños y sus familias.
En Cuba, se están llevando a cabo esfuerzos para proteger la seguridad alimentaria y reducir pérdidas agrícolas, gracias a acciones de la FAO financiadas por el Fondo Central para la Respuesta a Emergencias. Al mismo tiempo, UNICEF está distribuyendo kits de higiene y materiales para asegurar condiciones de vida dignas tras el paso del huracán. En Jamaica, la situación es crítica, donde han conseguido asistencia para más de 284.000 niños afectados.
Haití y República Dominicana también enfrentan crisis paralelas. En Haití, más de 1,4 millones de personas luchan contra la inseguridad alimentaria severa. En la República Dominicana, las lluvias han afectado a más de 60.000 personas, y UNICEF está colaborando con el gobierno para garantizar servicios de salud y nutrición.
Las agencias de la ONU han enfatizado la importancia de actuar de manera anticipada frente a eventos climáticos cada vez más extremos, provocados por el cambio climático. Instan a la cooperación internacional y al acceso sin restricciones a financiamiento humanitario como elementos clave para la recuperación de las comunidades afectadas. Mientras se evalúa el alcance total de los daños, el impacto humanitario de Melissa continúa siendo devastador y exige una respuesta integral y coordinada.
Fuente: ONU últimas noticias





