Historias de Warhammer (parte III)

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Hoy proseguimos con el primer relato de la sección «Historias de Warhammer«. Esperamos que os guste, os dejamos con Grimbo y su fiel horda de enanos matadores.

Las puertas de la fortaleza del goblin más temido de todas las montañas nubladas se abrieron de par en par. Los enanos no tuvieron demasiado tiempo para reaccionar al horror que les aguardaba dentro y se precipitaba como un cohete enfurecido hacia ellos. Una veintena de Fanáticos Goblins nocturnos totalmente sobre excitados con todo tipo de setas alucinojenas se abalanzaron sobre ellos gritando y jadeando, con los ojos inyectaods en sangre.

Fanaticos

La escena que siguio a esto fue dantesca, un montón de enanos fueron destripados por las sobredimensionadas bolas con cadenas de los Fanáticos Goblins Nocturnos. Los enanos no se amedrentaron y a pesar del feroz ataque goblin siguieron adelante, buscando una muerte segura.

-. ¡¡¡Grimbo!!! ¡es una emboscada! ¡esos malditos goblins nos estaban esperando!

-. ¡»Ya lo he visto Orardo. La muerte siempre será bien recibida venga de donde venga, lo único que quiero es antes liberar a la doncella y después ajustar cuentas con Grog el gordo»!

Orardo piensa para sí que Grimbo delira, la ira le ciega, no se da cuenta de que de un momento a otro todos los enanos estarán muertos.

El enano matador se abrio paso entre el torbellino de muerte y destrucción que los goblins habían creado a su paso. Todo parecía indicar que el Rey Grog le esperaría al final del pasillo donde había un trono de roca con cadenas rotas desparramadas en el suelo, como si antaño hubieran sujetado unas bestias feroces.

El enano desconfió y no siguió por el camino directo hacia el trono. En lugar de eso decidió ocultarse detrás de una columna del pasillo central que daba lugar al trono donde se supone que debería estar el Rey Grog, no obstante el enano no alcanzaba a verlo ya que el trono se encontraba del revés y daba la espalda al enano, «seguro que es una estrategia más» penso el enano.

No obstante la peor sorpresa para Grimbo estaba aun por llegar…