A medida que la situación humanitaria en la Franja de Gaza se deteriora, el hambre y la desnutrición están alcanzando niveles alarmantes. Las misiones de ayuda humanitaria enfrentan múltiples retrasos y obstáculos, mientras que las temperaturas extremas apenas hacen más llevadera la vida de los habitantes de la región.
Aunque Israel ha reducido la cantidad de movimientos humanitarios denegados, las operaciones aprobadas siguen lidiando con serias complicaciones. Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA), estas misiones pueden tardar horas en completarse y los equipos tienen que esperar en carreteras que a menudo son peligrosas, congestionadas o intransitables. Entre el 6 y el 12 de agosto, los trabajadores humanitarios realizaron 81 intentos de coordinarse con las autoridades israelíes para llevar combustible y personal, de los cuales solo 35 se llevaron a cabo con éxito.
Las cifras son alarmantes: han pasado casi tres años desde que comenzaron las hostilidades en Gaza, con un saldo de alrededor de 1200 muertos por ataques de Hamás y más de 61.000 palestinos muertos, incluyendo a 18.000 niños, según el Ministerio de Salud de Gaza. En este contexto, más de 500 trabajadores humanitarios también han perdido la vida.
La situación de hambre es crítica. Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), este problema ha alcanzado su punto más alto desde el inicio del conflicto. Hasta el 13 de agosto, se han registrado 235 muertes relacionadas con la malnutrición, de las cuales 106 son niños. A pesar de que los convoyes de asistencia llegan, el número de camiones que efectivamente finalizan su recorrido es desalentador, con un reciente reporte que indica que de 1012 camiones, solo 10 lograron entregar suministros completos a los almacenes.
El riesgo de que los alimentos se echen a perder también es alto, ya que muchos de los suministros están atascados en los puntos de entrada. Aunque hay suficiente alimento para alimentar a los 2,1 millones de habitantes de Gaza durante al menos tres meses, la calidad y la cantidad son insuficientes para satisfacer las necesidades emergentes. Mientras que recientemente 81 comedores comunitarios han aumentado sus capacidades para preparar comidas diarias, todavía están muy lejos de lograr el millón de comidas que se distribuían en abril.
En medio de esta crisis, una ola de calor ha agravado las condiciones de vida en Gaza, donde las temperaturas sobrepasan los 40 °C. La UNRWA ha advertido que la deshidratación está en aumento debido a la escasez de agua. En respuesta, ha proporcionado servicios de emergencia de agua, saneamiento e higiene a aproximadamente 1,7 millones de personas desde el comienzo de las hostilidades.
La situación en Gaza es cada vez más desesperante, y las organizaciones humanitarias continúan presionando para que se permita la entrada de más ayuda necesaria y productos comerciales en un enclave devastado por la guerra.
Fuente: ONU últimas noticias