La situación humanitaria en la Franja de Gaza es alarmante, con la mayoría de las familias sobreviviendo con apenas una comida al día y un tercio de ellas pasando días enteros sin comer, en medio de los continuos bombardeos israelíes. Así lo revela un informe del Programa Mundial de Alimentos (PMA), que destaca la grave crisis de desnutrición por la que atraviesa la población.
Los pocos alimentos que logran conseguir son, lamentablemente, de escaso valor nutritivo, consistiendo mayormente en caldos poco espesos, lentejas, arroz, un trozo de pan o, en ocasiones, solo una mezcla de hierbas y aceite de oliva conocida como duqqa. Muchos adultos se ven obligados a saltarse comidas para asegurar que los niños, ancianos y enfermos tengan algo que llevarse a la boca. Desde enero, se han registrado diariamente un promedio de 112 ingresos de niños por desnutrición aguda en los hospitales.
La desesperación ha llevado a los habitantes de Gaza a arriesgar sus vidas para conseguir alimentos. Desde finales de mayo, 549 palestinos han muerto y más de 4,000 han resultando heridos al intentar acceder a los puntos de distribución de ayuda estadounidense-israelíes, que están ubicados en zonas militarizadas y de alto riesgo. Johnathan Whittall, jefe de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios, explicó que muchos de estos incidentes son el resultado de disparos y bombardeos.
A pesar de la grave situación, aún hay fondos y recursos que llegan a Gaza. Sin embargo, las organizaciones de ayuda enfrentan múltiples obstáculos, y muchos palestinos que solicitan apoyo se enfrentan a amenazas que van desde disparos hasta bombardeos. «No queremos estar ahí fuera. Pero, ¿qué otra opción tenemos? Nuestros hijos lloran por comida», compartió un hombre desesperado.
Los sistemas de servicios en Gaza están casi en colapso. La falta de combustible ha hecho que solo el 40% de las instalaciones de agua potable funcionen, mientras que el 93% de los hogares enfrentan inseguridad en cuanto al acceso al agua. La atención médica también se ve gravemente afectada, ya que el suministro de electricidad es insuficiente para mantener operativos los equipos médicos.
Desde el reinicio de los bombardeos el 18 de marzo, más de 684,000 palestinos han sido desplazados, muchos de ellos varias veces. Con el 82% de Gaza designada como zona militarizada, la búsqueda de refugio se ha vuelto peligrosa y desesperada, con muchas familias obligadas a vivir en condiciones precarias, en campos sobrepoblados o en edificios dañados.
A pesar de esta crisis, la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) continúa su labor, considerada por muchos como un símbolo de esperanza y resistencia. Sin embargo, la escasez de combustible y la limitada entrada de ayuda humanitaria han hecho que su trabajo sea cada vez más insostenible.
«La comunidad sigue fijando su esperanza en nosotros. Somos más que un mero proveedor de servicios, somos un pilar de estabilidad», declaró un trabajador de UNRWA. Sin embargo, los recientes bombardeos han dejado a muchos niños en condiciones desesperadas, causando no solo hambre, sino también angustia emocional, con algunos incluso expresando pensamientos suicidas ante la penuria que viven. En este contexto crítico, la necesidad de una solución duradera y de apoyo internacional es más urgente que nunca.
Fuente: ONU últimas noticias