Haití Merece un Futuro de Esperanza y Progreso

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El destino de Haití no debe ser la miseria y la desesperación

La coordinadora humanitaria de las Naciones Unidas en Haití, Ulrika Richardson, describió en una reciente rueda de prensa la situación humanitaria del país como «extremadamente difícil», señalando que ha llegado a un punto en el que ya no encuentra las palabras adecuadas para reflejar la realidad. Actualmente, se estima que 1,3 millones de personas han sido desplazadas debido a la violencia de las pandillas que azota la capital, con la alarmante cifra de que la mitad de esos desplazados son niños.

Desde el inicio del año, al menos 3,000 personas han perdido la vida en incidentes relacionados con el crimen organizado, mientras que cerca de dos millones de haitianos enfrentan niveles de emergencia en inseguridad alimentaria, una crisis que amenaza la salud y el bienestar de la población.

Richardson destacó el impacto humano detrás de los números, compartiendo historias conmovedoras de mujeres víctimas de violaciones y de personas que se vieron obligadas a abandonar a sus familiares ancianos o con discapacidad en su huida de la violencia. La funcionaria subrayó el deterioro de los servicios básicos en el país, revelando que los niños enfrentan un riesgo significativo de desnutrición y que muchos podrían ser reclutados por bandas armadas. Las escuelas a menudo permanecen cerradas y solo el 36 % de los hospitales en la capital operan plenamente, con dos de cada tres hospitales principales fuera de servicio.

En un tono de frustración, Richardson se refirió a la escasa respuesta internacional ante la crisis, señalando que el plan de respuesta humanitaria, valorado en 900 millones de dólares, apenas ha sido financiado en un 9%, la tasa más baja a nivel mundial. Además, criticó el uso ineficaz de instrumentos internacionales como el régimen de sanciones y el embargo de armas, así como la falta de una misión de apoyo multinacional en la región.

La coordinadora expresó que el futuro de Haití no debería estar marcado por la miseria y la desesperación, y a pesar de las difíciles circunstancias, resaltó que el país ha sido, y puede ser nuevamente, una fuente de inspiración para otros. «Haití ha caído en una espiral muy negativa, pero puede levantarse rápidamente, siempre que la brutal violencia contra mujeres, niños y jóvenes termine», concluyó.
Fuente: ONU últimas noticias