Los jefes de Estado y de Gobierno de las Américas se reunirán este diciembre en la República Dominicana para la Décima Cumbre de las Américas, donde discutirán los desafíos y oportunidades que enfrentan las naciones de la región. Este encuentro es parte del Proceso de Cumbres de las Américas, que tuvo su primera reunión en 1994. El tema de este año es «Construyendo un Hemisferio Seguro y Sostenible con Prosperidad Compartida».
Más de veinte organizaciones de la sociedad civil han presentado una contribución conjunta en preparación para la cumbre, en la que se aborda la intersección entre la tecnología y los derechos humanos. Aunque el documento conceptual de la cumbre no menciona explícitamente el papel de las tecnologías digitales, la contribución enfatiza que su desarrollo y uso es un tema transversal que probablemente se integrará en las políticas y acciones acordadas durante el encuentro.
El documento menciona que las personas en las Américas, al igual que en el resto del mundo, viven periodos de incertidumbre y enfrentan desafíos geopolíticos, socioeconómicos y medioambientales que requieren acciones urgentes para asegurar la seguridad humana en múltiples dimensiones. Identifica cuatro áreas clave: seguridad ciudadana, seguridad alimentaria, seguridad energética y seguridad hídrica.
El potencial de las tecnologías digitales afecta estas áreas de preocupación y se contemplará en las medidas y planes que los estados adopten en el contexto de la cumbre. Sin embargo, surge la necesidad de abordar los desafíos asociados a su uso. Por ejemplo, los algoritmos de inteligencia artificial pueden ayudar a predecir picos de demanda y gestionar flujos energéticos en tiempo real, pero la infraestructura necesaria para el funcionamiento de estos sistemas presenta desafíos a la seguridad energética.
En América Latina, es imperativo salvaguardar los derechos frente a los riesgos y efectos nocivos ya documentados en relación a la seguridad ciudadana. El abuso de poderes de vigilancia, exacerbado por las tecnologías digitales, es un problema recurrente en la región. Este fenómeno está entrelazado con raíces históricas profundas de una cultura de secreto y permissividad, que obstaculiza la implementación de salvaguardias robustas de privacidad y supervisión independiente.
El documento conceptual propone crear una Plataforma Hemisférica de Acción para la Seguridad Ciudadana y Comunitaria, un paso que no debe ignorar ni reforzar estos problemas. Es crucial que la noción de seguridad que se adopte en la cumbre esté centrada en el desarrollo humano, la protección de derechos y la promoción del bienestar social, especialmente para los grupos históricamente discriminados.
En este contexto, la contribución conjunta hace hincapié en varios puntos clave: la necesidad de fortalecer el espacio cívico digital, los desafíos derivados de las capacidades de vigilancia estatal en aumento y la obligación del Estado de cumplir con los estándares establecidos por el Sistema Interamericano de Derechos Humanos. También propone un enfoque centrado en los derechos humanos en la digitalización estatal y la innovación, analizando los problemas actuales y sus consecuencias para las personas.
Finalmente, se espera que esta contribución refuerce la perspectiva basada en los derechos humanos en los debates y acuerdos de la cumbre, subrayando que cualquier cooperación regional hacia la prosperidad compartida debe tener en cuenta estos riesgos, poniendo en el centro la justicia y el bienestar de las personas.
Fuente: EFF.org