En un contexto educativo donde tradicionalmente predominan las evaluaciones escritas, el Colegio Juan Pablo II de Parla está implementando una metodología innovadora al integrar exámenes orales en su proceso educativo. Esta iniciativa busca no solo evaluar el conocimiento, sino también fomentar habilidades de comunicación y expresión entre los alumnos, preparándolos para la vida real.
La idea de que un estudiante pueda tener un conocimiento profundo que no logra trasladar a la verbalización es algo común en las aulas. «Cuando un alumno habla, no solo demuestra lo que sabe: también se descubre a sí mismo. El lenguaje estructura el pensamiento», señala Alfonso Die, director del centro. Esta visión ha llevado al colegio a priorizar la expresión oral como parte fundamental del aprendizaje y evaluación.
En este método, los exámenes orales se convierten en una herramienta valiosa, utilizadas en diversas materias antes de los exámenes escritos tradicionales. El enfoque no busca reemplazar una modalidad por otra, sino enriquecer el proceso educativo. Se trata de un entrenamiento en comunicación que permite fortalecer la comprensión y detectar posibles lagunas en el aprendizaje.
Desde la etapa de Infantil, los estudiantes son introducidos al mundo de la expresión oral a través del juego y la narración, avanzando progresivamente en Primaria y Secundaria, donde se les enseña a hablar en público y defender sus ideas, facilitando así que pierdan el miedo escénico. «Todo forma parte de una progresión natural», subraya Elena García, coordinadora de Infantil.
Rodrigo Bermejo, coordinador de Secundaria y Bachillerato, complementa esta idea al afirmar que «los exámenes orales permiten al alumno abordar los contenidos desde una nueva perspectiva, convirtiéndose en un ejercicio de pensamiento crítico y capacidad de expresión». Según él, lo que se expresa verbalmente tiene un peso mayor y se graba en la memoria con más fuerza.
Otro de los beneficios que destaca esta metodología es la posibilidad de realizar evaluaciones más justas y personalizadas. A diferencia de los exámenes escritos, donde el profesor limita su interacción a la calificación de un papel, el examen oral permite una comunicación directa que incluye preguntas y ajuste de nivel. «Detectamos no solo lo que sabe el alumno, sino también cómo piensa y argumenta, lo que resulta ser mucho más revelador», afirma Bermejo.
Además, muchos estudiantes encuentran en esta metodología un espacio donde se sienten más cómodos al expresar sus conocimientos, lo que potencia su confianza y les prepara para situaciones reales como entrevistas o presentaciones, incluidas certificaciones oficiales que se llevan a cabo en el mismo centro.
Almudena Quintas, subdirectora de Infantil y Primaria, enfatiza que «educar no es solo llenar cabezas, sino ayudar a los alumnos a encontrar su voz». En un mundo donde hablar de manera clara y segura es cada vez más vital, el Colegio Juan Pablo II de Parla ha decidido formar a sus estudiantes desde el comienzo de su educación, con la firme convicción de que no solo es importante saber, sino también saber comunicar.
