La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas para Iraq (UNAMI) concluyó oficialmente sus operaciones este sábado en Bagdad, un evento marcado por la intervención del Secretario General António Guterres. Durante la ceremonia, Guterres subrayó que, aunque la UNAMI ha llegado a su fin, el apoyo de la ONU a Iraq seguirá siendo firme y constante.
Fundada en 2003 tras la caída del régimen de Saddam Hussein, la UNAMI ha jugado un papel crucial en la facilitación del diálogo político, la reconciliación nacional, la asistencia electoral, y la promoción de los derechos humanos y reformas legales. Su mandato expira el 31 de diciembre de este año, pero Guterres expresó su confianza en el inicio de un «nuevo capítulo» en las relaciones entre Iraq y la ONU, afirmando que serán relaciones normales a partir de ahora.
El Secretario General destacó la resiliencia y el coraje del pueblo iraquí, quienes han enfrentado décadas de violencia y caos. «A pesar de las dificultades, el pueblo iraquí nunca ha flaqueado en su deseo de construir una sociedad pacífica y democrática», afirmó, añadiendo que Iraq se encuentra ahora en un momento de mayor seguridad y con un enfoque claro en el desarrollo.
Guterres también recordó los logros significativos alcanzados durante las dos últimas décadas, como la redacción de la Constitución de 2005 y la celebración de elecciones nacionales, junto con la derrota territorial del grupo terrorista conocido como Daesh o ISIS. Estos avances, según Guterres, han contribuido al fortalecimiento de las relaciones de Iraq con sus vecinos y la comunidad internacional.
En cuanto al papel de la UNAMI, Guterres destacó su contribución a asesorar a los gobiernos sobre reformas, la promoción de los derechos humanos, y la creación de un espacio cívico inclusivo. También mencionó la crucial ayuda que la misión brindó a los desplazados durante la ofensiva de ISIS y su papel en facilitar el retorno seguro de millones de personas.
Al rendir homenaje al personal de la UNAMI y a las víctimas del atentado terrorista que afectó a la misión en 2003, Guterres hizo una mención especial al primer representante especial de la misión, Sérgio Vieira de Mello. Este atentado resultó en la muerte de 22 personas y provocó más de un centenar de heridos.
Finalmente, Guterres reafirmó el compromiso de la ONU de continuar apoyando a Iraq en el fortalecimiento de sus instituciones y la mejora de los servicios públicos, así como en la diversificación de su economía. En un gesto simbólico de la cooperación en curso, el gobierno iraquí dedicó una calle en Bagdad a la ONU, lo que representa un importante recordatorio de la asociación continua entre Iraq y la comunidad internacional.
Fuente: ONU últimas noticias
