En un contexto marcado por casi dos años de intenso conflicto entre ejércitos rivales en Sudán, se ha reportado una leve disminución en el número de personas desplazadas internamente, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de la ONU. Este cambio, que se traduce en un descenso del 2,4% entre diciembre del año pasado y marzo de este año, representa una señal esperanzadora, con casi 400.000 personas regresando a sus localidades en los estados de Aj Jazirah, Sennar y Jartum. Sin embargo, los expertos advierten que esta reducción no implica necesariamente una mejora en las condiciones de vida de los retornados.
La situación humanitaria en Sudán sigue siendo alarmante, con millones de personas afrontando hambre, enfermedades y una creciente inseguridad. Mohamed Refaat, responsable del equipo de la OIM en el país, señaló que, a pesar del deseo de muchas personas de regresar a sus hogares, las condiciones para un retorno seguro y sostenible aún no están presentes. Los servicios básicos, como atención médica, educación y alimentos, son extremadamente escasos en las áreas afectadas por la violencia, donde muchas infraestructuras han sido destruidas o gravemente dañadas.
Casi 30,4 millones de sudaneses, más de la mitad de la población del país, necesitan asistencia humanitaria urgente. La inseguridad alimentaria ha alcanzado niveles críticos, con 24,6 millones de personas padeciendo hambre aguda. Partes del norte de Darfur y las montañas Nuba ya han sido declaradas en estado de hambruna, y se anticipa que otras regiones podrían enfrentar la misma situación en los próximos meses.
En términos de desplazamiento, se calcula que hay 11,3 millones de personas desplazadas internas en Sudán, lo que convierte esta crisis en una de las más severas del mundo. Además, casi cuatro millones de sudaneses han buscado refugio en países vecinos, como Egipto, Sudán del Sur y Chad.
Mientras tanto, la OCHA informa sobre los recientes cambios en el control de Jartum, donde el ejército sudanés ha recuperado la capital. Sin embargo, estos desarrollos vienen acompañados de preocupaciones por represalias de grupos armados contra civiles. Stéphane Dujarric, portavoz de la ONU, instó a todas las partes involucradas en el conflicto a respetar el derecho internacional humanitario y a rendir cuentas por las violaciones graves que se hayan cometido.
La violencia sexual hacia mujeres y niñas ha aumentado notablemente en el contexto de la crisis, con un incremento del 83% en las víctimas infantiles desde enero de este año. Más de 17 millones de niños no están escolarizados debido a la interrupción del sistema educativo y, en este contexto, la respuesta humanitaria enfrenta serias limitaciones por falta de financiamiento, recibiendo solo un 6% de los 4.200 millones de dólares necesarios para la asistencia global.
La grave situación humanitaria en Sudán es un reflejo de la necesidad urgente de ayuda y una respuesta adecuada por parte de la comunidad internacional, donde los recortes en los presupuestos de asistencia humanitaria están exacerbando el sufrimiento de millones de personas.
Fuente: ONU últimas noticias