2025 ha sido un año crítico para los incendios forestales en Europa, con más de 1.031.000 hectáreas quemadas desde el inicio del año, una cifra que casi triplica la del mismo periodo de 2024, según datos del Centro Común de Investigación de la Unión Europea. En total, se han registrado 2.187 incendios y las emisiones asociadas han superado los 42 millones de toneladas de CO₂, el doble que el año anterior, convirtiéndolo en el peor año en términos de superficie devastada desde que existen registros.
Los incendios más devastadores han tenido lugar en Portugal, España, el sur de Francia, Grecia, Italia, así como en zonas de Turquía, Ucrania y el Reino Unido. La Península Ibérica, especialmente en su zona occidental, ha sido la más afectada, con áreas de Castilla y León, Extremadura y Galicia padeciendo incendios de más de 5.000 hectáreas. En España, hasta el 25 de noviembre, la superficie quemada se eleva a 392.923 hectáreas, lo que representa el 39% de toda la superficie devastada en la Unión Europea este año. Además, se ha observado un alarmante aumento de incendios fuera de temporada, con episodios severos en primavera y otoño.
Ante esta situación, la empresa berguedana Boix, especializada en la gestión forestal y la transformación de la madera, ha emitido un llamamiento a la acción para reforzar la gestión de los bosques durante el invierno, un periodo en el que, aunque el riesgo de incendios parece disminuir, se realizan las principales actuaciones preventivas. Boix enfatiza que la verdadera prevención se lleva a cabo en los meses más fríos, cuando es posible reducir la carga de combustible forestal y mejorar la salud de los ecosistemas boscosos.
El grupo Boix resalta que en Cataluña, los bosques crecen mucho más rápido de lo que se gestionan. Las estadísticas indican que la masa forestal crece aproximadamente tres veces más de lo que se aprovecha a través de cortas selectivas, lo que aumenta considerablemente el riesgo de incendios y disminuye la capacidad de estos bosques para actuar como sumideros de carbono.
Con más de cincuenta años de experiencia, Boix considera que una gestión sostenible—basada en la corta selectiva y la regeneración natural—es vital tanto para el medio ambiente como para la sociedad. Su director general, Carles Martí, afirmó que «un bosque abandonado es un bosque vulnerable» y destacó la importancia de proteger los bosques actual y futuros ante el cambio climático.
Boix, con sede en el Berguedà y una visión europea, reitera que, en un contexto de emergencia climática y temporadas de incendios cada vez más impredecibles, la gestión forestal debe ser una prioridad. La compañía defiende que una gestión activa del bosque no solo reduce riesgos, sino que también genera empleo cualificado y promueve una bioeconomía local.
Con dos plantas en el Berguedà y un equipo de más de 120 personas, Boix es uno de los principales referentes en la industria de la madera en España, comprometido con la sostenibilidad y las buenas prácticas forestales.
