Google ha tomado decisiones controvertidas que ponen en entredicho su compromiso con la ética y los derechos humanos. La compañía, que anteriormente se regía por el lema «No seas malvado», ha eliminado recientemente importantes puntos de sus principios de inteligencia artificial. Entre estas eliminaciones se encontraban compromisos clave que prohibían el desarrollo de aplicaciones de IA para armas, vigilancia, tecnologías que pudieran causar daño y aquellas que contravinieran principios internacionales y derechos humanos.
En lugar de estos principios, Google ha declarado que las «democracias» deberían liderar el desarrollo de la IA y que las empresas deben colaborar con los gobiernos para crear tecnologías que protejan a las personas y fomenten el crecimiento global. Esto podría abrir la puerta a la creación de sistemas de armas basados en IA y al uso de su enorme capacidad de cómputo para la vigilancia.
Esta decisión ha generado un gran revuelo, especialmente a raíz de críticas de grupos de derechos humanos y organizaciones como la Electronic Frontier Foundation (EFF). Google ha enfrentado escrutinio por su involucramiento en Project Nimbus, un proyecto que ofrece capacidades avanzadas de nube y IA al gobierno israelí, que supuestamente se han utilizado para realizar vigilancia masiva en los Territorios palestinos ocupados.
La empresa, valorada en 2.343 billones de dólares, parece estar optando por obtener beneficios de la tecnología de vigilancia y sistemas de armas, en un momento en que el financiamiento gubernamental destinado a contratistas de defensa y tecnología de vigilancia está en aumento. A pesar de su histórico compromiso con los derechos humanos, parece que Google está priorizando la rentabilidad a corto plazo.
El futuro plantea preocupaciones respecto al uso de la IA en sistemas de armas autónomos que puedan tomar decisiones letales, controlados por gobiernos que se autodenominan democráticos o por regímenes autoritarios. La falta de responsabilidad de la IA podría resultar en errores catastróficos, vulnerando los derechos básicos de las personas.
Ante estas circunstancias, se hace un llamado a Google y a otras empresas del sector tecnológico para reconsiderar sus decisiones estratégicas. Mientras tanto, los usuarios deberán reflexionar sobre a quién confiar su negocio, especialmente en un contexto donde la búsqueda, uno de los productos más exitosos de la compañía, está empezando a mostrar signos de debilidad.
Fuente: EFF.org