Los gazatíes continúan enfrentando una alarmante crisis alimentaria, con un pronóstico de «riesgo crítico de hambruna». Este lunes, expertos en seguridad alimentaria advirtieron que, a 70 días de la prohibición impuesta por Israel sobre la entrada de ayuda humanitaria y suministros comerciales a Gaza, la situación es insostenible. Según la plataforma de Clasificación de Fases de Seguridad Alimentaria, una de cada cinco personas en el territorio —aproximadamente 500.000 ciudadanos— está en riesgo de inanición.
Los precios de los productos básicos han alcanzado cifras exorbitantes; un saco de 25 kilos de harina de trigo ha visto un incremento de precios del 3000% desde febrero, costando ahora entre 235 y 520 dólares. Los especialistas señalan que los bienes necesarios para la supervivencia han desaparecido o se agotarán en las próximas semanas, dejando a la población en un estado de alta inseguridad alimentaria.
Cindy McCain, directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos, enfatizó la necesidad urgente de que la comunidad internacional actúe para permitir que la ayuda vuelva a fluir hacia Gaza. «Si esperamos a que se confirme la hambruna, ya será demasiado tarde para mucha gente», advirtió.
En otro ámbito, la Organización Internacional para las Migraciones anunció que facilitará el retorno voluntario asistido para aquellas personas que se inscriban en Estados Unidos. La decisión responde a una solicitud del Gobierno estadounidense y busca asegurar que los que carecen de medios para regresar a su país lo hagan de forma «segura, digna e informada». La OIM aclara que su participación solo comienza con el consentimiento informado de las personas, garantizando el acceso a información precisa y servicios esenciales.
Mientras tanto, el personal de enfermería a nivel global ha incrementado de 27,9 millones en 2018 a 29,8 millones en 2023, aunque persisten grandes desigualdades en la disponibilidad de estos profesionales entre los distintos países. El informe «Estado mundial de la enfermería 2025», publicado por la Organización Mundial de la Salud, revela que el 78% de las enfermeras se encuentran en países que representan solo el 49% de la población mundial. Esto pone de manifiesto la necesidad de inversiones en los sistemas de salud de países de ingresos bajos y medios para graduar y retener a más profesionales, mientras que naciones de renta alta deben prepararse para una jubilación masiva de su personal y evaluar su dependencia de enfermeros formados en el extranjero.
A pesar del crecimiento en el número de enfermeras, solamente el 42% de los países que proporcionaron datos cuentan con medidas de apoyo a la salud mental, una necesidad urgente dada la presión laboral incrementada por la pandemia de COVID-19. La OMS ha señalado que abordar esta cuestión es crucial para retener talentos y asegurar la calidad del cuidado.
Fuente: ONU últimas noticias