La situación humanitaria en Gaza ha alcanzado niveles críticos tras más de dos meses de un devastador bloqueo de ayuda, lo que ha dejado a la población al borde de la desesperación. La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) informó este viernes que los alimentos se han agotado y que las personas se ven forzadas a pelear por el agua en medio de continuos bombardeos.
Desde Gaza, la portavoz de OCHA, Olga Cherevko, compartió un testimonio personal revelador, donde una amiga suya presenció a personas ardiendo por explosiones sin acceso a agua para salvarlas. Desde marzo, todos los puntos de entrada a la Franja han sido cerrados por las autoridades israelíes, generando el peor escenario posible, según Cherevko. «Las reservas de alimentos se han agotado en su mayor parte y el acceso al agua es imposible», afirmó con preocupación.
Durante su intervención, Cherevko describió escenas aterradoras, como la «lucha muy violenta» que se desarrolla por el acceso al agua, donde se lanzan piedras y se disparan a camiones cisterna. Este ambiente de caos y desesperación afecta gravemente a los más vulnerables, incluyendo a niños «privados de su infancia desde hace muchos meses» y ancianos que buscan comida y combustible en montones de basura.
En su visita al Hospital de Amigos de los Pacientes, un centro pediátrico que ha sufrido ataques, se explicó que las tasas de desnutrición están aumentando alarmantemente. «Los hospitales informan que se están quedando sin unidades de sangre, mientras siguen aumentando las víctimas», añadió Cherevko, que también mencionó la fuerte racionación de combustible.
Cherevko hizo un llamado a las autoridades israelíes para que reabran los pasos fronterizos, asegurando que el personal humanitario de la ONU está preparado para reanudar la entrega de ayuda tan pronto como sea posible. «Mantenemos nuestra promesa de aliviar el sufrimiento de la gente, dondequiera que esté», sostuvo.
Durante la misma conferencia, Tom Fletcher, máximo responsable humanitario de la ONU, instó a levantar el bloqueo y permitir que los humanitarios salven vidas. También reafirmó la necesidad de liberar a los rehenes capturados por Hamás en octubre de 2023, enfatizando que «la ayuda nunca debe ser moneda de cambio».
La situación es desoladora: en el último mes y medio, 420.000 personas se han visto obligadas a huir, muchas de ellas sin más que las ropas que llevaban, tiroteadas mientras buscaban refugio. Cherevko advirtió que, en los próximos años, podríamos mirar a nuestros hijos y nietos con vergüenza y sin poder explicar por qué no se detuvo este horror. «¿Cuánta sangre más debe derramarse antes de que sea suficiente?», concluyó.
Fuente: ONU últimas noticias