En la Franja de Gaza, miles de niños enfrentan una cruda realidad que ha transformado sus escuelas en refugios provisionales. Diana, una niña de la región, comparte su angustiante experiencia: «En lugar de estudiar en la escuela, nos hemos visto obligados a vivir en ella. Llevamos una maleta en lugar de una mochila escolar». Su testimonio refleja la situación de muchos menores que, por tercer año consecutivo, han visto interrumpida su educación a causa del conflicto armado.
Un reportaje realizado por un corresponsal de Noticias de la ONU revela cómo las aulas de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) se han convertido en abarrotados dormitorios. Diana, que fue desplazada junto a su familia del barrio de Shujaiya, expresa la frustración que sienten: «No jugamos y no aprendemos. Vivimos dentro de la escuela, donde estamos desplazados, comemos y dormimos».
Entre lágrimas, Jana Abu Nasr, otra niña de 9 años que perdió a su padre en la guerra, lamenta: «Dos años de nuestras vidas se han ido en vano». La interrupción de su educación ha multiplicado su sufrimiento. «Ahora buscamos agua y comida, corriendo tras el agua y las cocinas comunitarias. Queremos vivir como los demás niños», añade, cuestionándose la injusticia de haber quedado huérfana en su infancia.
La situación es desoladora. La UNRWA informa que aproximadamente 660,000 niños en Gaza han sido privados de educación, poniendo en riesgo su desarrollo y futuro. La organización advierte sobre la posibilidad de que estos menores se conviertan en una «generación perdida». «Casi un millón de niños en la Franja de Gaza sufren un profundo trauma psicológico», señala la agencia, mientras la infraestructura escolar continúa deteriorándose debido al conflicto.
Cisjordania presenta un panorama diferente, aunque no menos problemático. En esta región, 46,000 niños refugiados palestinos han conseguido retomar las clases en las escuelas de la UNRWA. Roland Frederick, director de Asuntos de la UNRWA en Cisjordania, destaca que las escuelas siguen siendo refugios seguros para el aprendizaje, a pesar de la escalada de violencia. Sin embargo, la apertura de instituciones educativas se ha visto amenazada en algunas áreas, como en Jerusalén Este, donde las autoridades israelíes han cerrado escuelas, afectando a unos 800 niños.
Los funcionarios de la ONU enfatizan que las dinámicas actuales no solo violan el derecho a la educación de los niños, sino que también incumplen las obligaciones de Israel como estado miembro de la ONU. A pesar de los desafíos, la UNRWA continúa siendo el segundo mayor proveedor de educación en Cisjordania, atendiendo a una población estudiantil resiliente. «Deseamos a todos los niños un año escolar lleno de entusiasmo por el aprendizaje, la amistad y la curiosidad», concluyen.
Fuente: ONU últimas noticias