Un mes después del alto el fuego en Gaza, la situación humanitaria sigue siendo crítica, con el hambre como protagonista. Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), solo se han logrado ingresar 20.000 toneladas de alimentos, la mitad de lo necesario para cubrir las necesidades mínimas de la población. Actualmente, Israel solo mantiene abiertos dos pasos fronterizos en el sur para la entrada de suministros, lo que ha dificultado la llegada de alimentos al norte de la región. Los convoyes de ayuda deben recorrer una ruta lenta y complicada desde el sur, generando retrasos en la asistencia.
Abeer Etefa, portavoz del PMA, describió las condiciones como abrumadoras, con la llegada del invierno y un creciente sufrimiento debido a la escasez de alimentos. Los precios en los mercados son inalcanzables para la mayoría, que apenas pueden acceder a cereales, legumbres y raciones secas. Según Etefa, la carne, los huevos, las verduras y las frutas son prácticamente inexistentes en la dieta de muchas familias.
La falta de combustible para cocinar ha obligado al 60% de los habitantes de Gaza a usar residuos para alimentarse, lo que representa un grave riesgo para su salud. La llegada del invierno aumenta la necesidad de refugio, y las condiciones en lugares de acogida se agravan. Manar, madre de cuatro hijos, narra su experiencia: “Perdimos nuestra casa y todo lo que teníamos. Ahora estamos por debajo de cero. Miro a mis hijos y recuerdas cómo solían tener pijamas abrigados y mantas. Ahora no tienen nada”.
Mientras tanto, el Secretario General de la ONU confirmó que los miembros del Consejo de Seguridad están discutiendo el establecimiento de una fuerza internacional en Gaza, en un esfuerzo por abordar la crisis humanitaria y restaurar la estabilidad.
Fuente: ONU últimas noticias





