En una pequeña localidad del norte de Inglaterra, un grupo de arquitectos y diseñadores ha encontrado la fórmula perfecta para fusionar el encanto del estilo rústico inglés con elementos contemporáneos, creando espacios habitables que rinden homenaje a la tradición mientras abrazan la modernidad.
El proyecto, que se lleva a cabo en una antigua granja del siglo XVIII, ha capturado la atención de residentes y turistas por igual. Las estructuras originales, con sus vigas de madera expuestas y paredes de piedra, han sido cuidadosamente restauradas y ahora se integran con amplios ventanales de vidrio y diseños minimalistas que permiten una iluminación natural abundante.
El interior de la vivienda muestra una magistral combinación de muebles vintage recuperados y piezas de diseño moderno. Salas de estar acogedoras, equipadas con chimeneas de leña, se complementan con sofás de líneas limpias y arte contemporáneo en las paredes. La cocina, un área clave de la casa, ha sido diseñada con un estilo abierto que fomenta la interacción y la convivencia, incorporando electrodomésticos de última generación que contrastan armónicamente con los armarios de madera envejecida.
Las terrazas al aire libre, espacios ideales para disfrutar de la belleza del campo británico, han sido dotadas de mobiliario de diseño actual que invita a la relajación. Jardines que siguen el diseño paisajístico tradicional se han enriquecido con elementos modernos, como senderos de piedra y zonas de descanso que reflejan un enfoque sostenible.
El proyecto ha sido bien recibido no solo por su enfoque en la estética, sino también por su compromiso con la sostenibilidad. Todos los materiales utilizados en la renovación han sido seleccionados en base a su bajo impacto ambiental, y se han implementado sistemas de energía renovable para reducir la huella de carbono de la vivienda.
Los propietarios, una joven pareja con un amor por la historia y un estilo de vida contemporáneo, expresan su entusiasmo por haber encontrado un hogar que encapsula su visión. “Queríamos que nuestra casa contara una historia, pero que también se sintiera viva y moderna. Este lugar no solo es un refugio, sino un espacio donde podemos disfrutar del presente mientras honramos el pasado”, afirmaron.
La mezcla de estilos ha generado un revuelo en la comunidad local, donde se empiezan a ver más proyectos que optan por esta dualidad estética. A medida que el interés por hogares que combinan lo antiguo y lo nuevo sigue creciendo, surgen interrogantes sobre cómo esta tendencia influirá en la preservación del patrimonio arquitectónico de la región y cómo los diseños contemporáneos pueden adaptarse a espacios tradicionales.
Entre la nostalgia y el avance, el proyecto de la granja ha demostrado que el estilo rústico inglés puede coexistir con toques contemporáneos, creando un diálogo inédito entre épocas que invita a repensar la forma en que habitamos y valoramos nuestro entorno.
