El piloto brasileño siempre ha pecado de que cuando tiene la presión encima de él comete más fallos, y es que no sabe tener la cabeza fria y busca con más ahinco y menos tranquilidad conseguir las cosas rápidas, y eso le pasa factura, puesto que siempre se le ha tachado como un segundón, y eso que está en Ferrari.
Este año tiene la posibilidad de cambiar las cosas y que el «san benito» que tiene encima se lo quite de una vez por todas, pero para eso tiene que confiar en algunos pilotos que le hechen una mano y sobretodo en otra «novatada» del inglés como ya hizo el año pasado cuando le dio «al botón equivocado».