Desde las impresionantes playas de San Diego hasta el desierto de Sonora, los paisajes más pintorescos de Estados Unidos se encuentran a lo largo de la frontera con México. Sin embargo, esta belleza natural se ve empañada por la creciente presencia de tecnología de vigilancia, impuesta por el gobierno federal. El proyecto de monitoreo ha llevado a la instalación de cientos de torres de vigilancia, lo que ha suscitado inquietudes sobre la privacidad y los derechos humanos en comunidades cercanas a la frontera.
La Electronic Frontier Foundation (EFF) ha tomado la iniciativa de documentar y exponer esta problemática, colaborando con residentes locales, investigadores y grupos de búsqueda y rescate. En un reciente desarrollo, EFF ha ampliado su mapa de torres de vigilancia, que originalmente identificaba 290 torres en 2023, a más de 500 en la actualidad. Este incremento también incluye la ubicación de aerostatos de vigilancia y sistemas de lectura de matrículas.
Uno de los proyectos destacados por EFF es la exposición «Infrastructures of Control» en la Universidad de Arizona, donde geógrafos documentaron la infraestructura que compone la llamada «muralla virtual». Además, la fundación se ha involucrado en discusiones locales, como el intentó de convencer al concejo municipal de Calexico para que reevalúe un contrato de arrendamiento para una torre de vigilancia.
A medida que las autoridades de aduanas y protección fronteriza (CBP) presentan planes que combinan inteligencia artificial con cámaras de vigilancia, los grupos de defensa de los derechos humanos hacen sonar la alarma. Recientemente se han visto aerostatos operativos en el área de Santa Teresa, NM, aunque su implementación ha sido inconsistente y rodeada de polémica.
En el sur de Arizona, EFF ha documentado la expansión del uso de cámaras Buckeye, inicialmente diseñadas para la caza, que ahora están siendo utilizadas para rastrear cruces fronterizos. Estos dispositivos, camuflados para evitar detección, se están instalando en puntos estratégicos, aumentando las preocupaciones sobre la privacidad.
Desde el uso de tecnología de vigilancia masiva hasta el potencial uso de inteligencia artificial para el monitoreo en tiempo real, las discusiones sobre la moralidad y legalidad de estas medidas son más relevantes que nunca. La EFF continúa abogando por una mayor transparencia y por el respeto a los derechos de privacidad de las comunidades afectadas.
Por último, se están implementando desarrollos significativos como la Plataforma Centinela en Ciudad Juárez, México, un sistema de cámaras y reconocimiento facial que promete un seguimiento exhaustivo de la población. Con la tecnología avanzando a pasos agigantados, el constante deslizamiento de la frontera entre seguridad y vigilancia plantea serias preguntas sobre el futuro de la privacidad en la región.
Fuente: EFF.org