La inteligencia artificial (IA) se perfila como una herramienta esencial en la lucha contra el cambio climático, según Enric Quintero, fundador y CEO de Datarmony. Este avance tecnológico permite un análisis más profundo y preciso de los fenómenos climáticos, gracias a la capacidad de procesamiento de datos que ofrecen las infraestructuras digitales actuales. Aunque la IA consume del 3 al 4% de la electricidad mundial, Quintero sostiene que su uso consciente puede generar beneficios que superan ampliamente sus costos, incluyendo aquellos relacionados con el medio ambiente.
La temporada de verano ha traído consigo un aumento notable de las temperaturas extremas, lo que se traduce en fenómenos climáticos severos, como los incendios de sexta generación, especialmente en la Península Ibérica. Este año, por primera vez, se han registrado estos incendios, que son difíciles de extinguir debido a sus condiciones únicas. Sin embargo, gracias a la inteligencia artificial, es posible predecir y estudiar estos eventos, lo que permite una intervención preventiva mucho más efectiva. El programa INFOCA en Andalucía es un ejemplo concreto de esta aplicación, utilizando imágenes satelitales y datos de IA para evaluar constantemente las condiciones atmosféricas que podrían dar lugar a incendios.
El programa Copernicus, en funcionamiento desde 2014, complementa este enfoque, permitiendo un monitoreo continuo del estado de la Tierra. Las actualizaciones constantes de sus herramientas han mejorado la precisión en la detección de diversos fenómenos climáticos. Además, la implementación de la IA abre nuevas posibilidades para la sostenibilidad, desde el mantenimiento de ecosistemas hasta la optimización de procesos en la agricultura.
Casos recientes, como la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) de Valencia, ejemplifican la evolución de las técnicas de predicción. La IA ha sustituido los métodos numéricos tradicionales por redes neuronales que procesan millones de datos, obteniendo un nivel de precisión mayor en la evaluación de fenómenos climáticos. También se espera que la agricultura del futuro, impulsada por esta tecnología, mejore la eficiencia de los recursos y se adapte mejor a condiciones extremas.
Quintero destaca que la aplicación de la IA en términos de sostenibilidad no está limitada a grandes organismos. Cualquier empresa, independientemente de su tamaño, puede implementar esta tecnología para contribuir a un medio ambiente más saludable. Datarmony ya ha aplicado modelos predictivos para reducir el desperdicio alimentario en cadenas de supermercados, lo que ha permitido salvar toneladas de alimentos al mejorar la gestión del inventario.
Además, la empresa se ha enfocado en la optimización del manejo de datos digitales que, al ser desordenados o duplicados, generan un consumo energético considerablemente alto. Con algoritmos diseñados para ordenar esta información, es posible disminuir el uso de recursos en servidores, lo que a su vez reduce las emisiones de gases de efecto invernadero. Este enfoque, según Quintero, muestra que la IA puede ser una aliada valiosa en la búsqueda de soluciones efectivas ante el crisis climática.