La granada se ha posicionado como uno de los superalimentos más destacados de la dieta mediterránea, según un estudio de expertos de la Universidad Miguel Hernández (UMH). Este fruto, conocido por su rica composición nutricional, es fundamental en España, que se establece como uno de los principales productores de granada en la Unión Europea, con una cosecha anual de más de 79,000 toneladas cultivadas en más de 5,300 hectáreas.
A pesar de su alto potencial, el consumo interno de la granada y sus derivados, como zumos y extractos, no ha crecido como se esperaba. Esto contrasta con el notable aumento en países como Italia, donde la producción ha crecido significativamente, así como en Estados Unidos, Japón, Corea del Sur e India, que han elevado el consumo de este superalimento. Sin embargo, España mantiene cifras estables, lo que plantea interrogantes sobre la percepción del consumo saludable en el país.
El zumo de granada ha sido objeto de más de 1,200 estudios científicos en las últimas dos décadas, destacándose por su capacidad antioxidante que, según investigaciones, es hasta cuatro veces mayor que la del té verde. Los expertos de la UMH han validado los beneficios del zumo de granada local, especialmente de las variedades Mollar y Wonderful, que presentan una notable calidad en polifenoles y aceptación sensorial.
Uno de los compuestos más destacados de la granada es la punicalagina, un antioxidante que, al transformarse en el intestino, se convierte en ácido elágico y urolitinas, ofreciendo protección contra el estrés oxidativo y enfermedades crónicas, así como beneficios para la función cognitiva y física. Esto puede ser especialmente relevante para combatir síndromes como el postvacacional y la astenia otoñal, problemas que afectan a un considerable porcentaje de la población al regreso de las vacaciones.
El síndrome postvacacional puede durar entre una a tres semanas y se manifiesta a través de síntomas como fatiga, irritabilidad y falta de concentración. Se estima que alrededor del 30% de los adultos y entre el 20% y 30% de los niños experimentan síntomas importantes relacionados con la vuelta a la rutina. Por su parte, la astenia otoñal se traduce en una fatiga temporal provocada por cambios estacionales, con efectos que incluyen cansancio intenso y bajo estado anímico.
La adaptación a la rutina tras las vacaciones requiere hábitos saludables, como una dieta equilibrada y ejercicio regular, donde la inclusión de granada puede aportar beneficios adicionales. Países como Dinamarca y Suecia han integrado este fruto en la alimentación escolar, reconociendo su capacidad para contribuir al bienestar tanto físico como psicológico de niños y adultos. La granada se perfila, por tanto, como un aliado potente para enfrentarse a la rutina y a los desafíos que trae consigo la transición estacional.