En un desayuno jurídico celebrado en Madrid, expertos en derecho y seguridad laboral analizaron la creciente preocupación sobre la siniestralidad laboral en España, que actualmente ocupa un lugar destacado en la península europea. El Fiscal de Sala, Ángel Javier Muñoz, quien coordina la Unidad Especializada en Seguridad y Salud en el Trabajo, abrió el diálogo señalando la alarmante cifra de informes que firma a diario debido a accidentes laborales fatales.
Durante el encuentro, los abogados Diego Cabezuela y Felipe García, del despacho Círculo Legal, se unieron a Muñoz para exponer un panorama legal sombrío que afecta especialmente a las pequeñas y medianas empresas (pymes). «En los últimos tres años, los accidentes laborales han aumentado», afirmó Cabezuela. Destacó que a pesar de los esfuerzos legales para garantizar la seguridad en el trabajo, el entorno judicial tiende a ser severo con los empresarios, donde el 80% de los juicios penales resultan en condenas.
Uno de los puntos más críticos discutidos fue la lentitud del sistema judicial. Cabezuela mencionó que algunas denuncias pueden tardar más de diez años en ser resueltas, lo que complica aún más la situación para quienes enfrentan un juicio. Un aspecto que genera controversia es la influencia de las actas de la Inspección de Trabajo, las cuales muchas veces sientan precedentes que afectan el desarrollo de los procesos legales.
El juez Muñoz también subrayó un dato relevante: más del 90% de los accidentes laborales se producen en pymes, donde las condiciones de trabajo son a menudo precarias y los recursos limitados. Propuso la necesidad de reformar la Ley de Prevención de Riesgos Laborales para que se ajuste a la realidad empresarial en España, sugiriendo la creación de un delegado de seguridad que no dependa del empresario y que pueda implementar medidas de control.
En cuanto a la responsabilidad empresarial, Muñoz fue claro: la falta de recursos no exime a un empresario de cumplir con sus obligaciones de seguridad. Además, enfatizó la importancia de diferenciar entre un comportamiento temerario del trabajador y si la empresa tuvo un papel en permitir dicha imprudencia.
Felipe García, por su parte, explicó las ventajas con las que cuentan las grandes empresas en términos de defensa legal. Mientras que las pymes carecen de la posibilidad de presentar una abundante documentación y protocolos de seguridad, las grandes compañías logran una tasa de absoluciones más alta en juicios por accidentes.
Finalmente, Muñoz concluyó el encuentro destacando que la salud mental en el trabajo es otro aspecto crítico que aún no ha sido suficientemente abordado en el ámbito penal. A pesar de que ciertos casos de acoso y maltrato se están comenzando a reconocer legalmente, es fundamental ampliar la perspectiva sobre el bienestar psicológico de los trabajadores en el entorno laboral.