En un reciente estudio presentado por la Interprofesional Agroalimentaria del Porcino de Capa Blanca (INTERPORC), se ha revelado que los embutidos curados poseen una notable concentración de bacterias beneficiosas, superando en muchos casos a otros alimentos fermentados. Este trabajo, liderado por el Dr. Antonio Escribano, catedrático en Nutrición Deportiva, pone de manifiesto el potencial de estos productos como parte integral de una dieta saludable y equilibrada.
El estudio titulado ‘Los probióticos en los elaborados cárnicos’ se desarrolló en el marco de la Cátedra de Nutrición, Salud y Sector Agroalimentario de la Fundación Ortega Marañón. Según el director general de INTERPORC, Alberto Herranz, la investigación se llevó a cabo para profundizar en los efectos de los probióticos en alimentos tradicionales, poniendo en valor la relevancia de los embutidos curados en la alimentación diaria.
Ana Agar, representante de la consultora alimentaria Tecoal, presentó los hallazgos que destacan la alta presencia de microorganismos como el lactobacillus en embutidos tales como chorizo, salchichón y fuet. Agar definió estos productos como “alimentos funcionales que ofrecen grandes beneficios nutricionales para los consumidores”.
El Dr. Escribano subrayó otro aspecto esencial del estudio: la capacidad de los probióticos presentes en los embutidos curados para sobrevivir al tránsito intestinal, lo que significa que llegan vivos al intestino, reforzando su rol como un alimento sano. Este hallazgo sugiere nuevas oportunidades para integrar estos productos en dietas saludables.
José Antonio Barroso, director general de Laboratorios Microal y autor del libro ‘SOS Probióticos’, también participó en la discusión, destacando el desconocimiento que persiste alrededor del potencial de los embutidos crudos curados como fuente de probióticos. El impacto positivo que pueden tener en la salud digestiva y la nutrición funcional es significativo, y su inclusión en la dieta podría tener beneficios considerables.
Este estudio no solo reafirma la tradición de los embutidos como parte de la gastronomía, sino que también abre un nuevo camino para su consideración en el ámbito de la salud y la nutrición, proponiendo una reevaluación de su papel en la dieta moderna.