Elevado Obstáculo para Jóvenes con Discapacidad: El 86% Considera Complicado Acceder a su Primer Empleo según Fundación Adecco

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El 86% de los jóvenes con discapacidad ve "muy difícil" acceder a un primer empleo según el informe de la Fundación Adecco

El próximo 12 de agosto se celebra el Día Internacional de la Juventud, y en este marco, la Fundación Adecco, con la colaboración de Wärtsilä, presenta su 9º informe «Jóvenes con Discapacidad, motor de futuro». En este estudio, se ha encuestado a 253 personas con discapacidad menores de 30 años, de las cuales un 89,8% nunca ha trabajado antes, es decir, está en búsqueda de su primer empleo.

La tasa de desempleo entre los jóvenes con discapacidad en España se sitúa en el 48,1%, un porcentaje que supera considerablemente el desempleo de las personas de su generación, que es del 27,7%. Este dato evidencia el «doble desafío» que enfrentan estos jóvenes en su intento de acceder al mercado laboral, caracterizado por la incertidumbre y la alta competencia. Esta tasa de paro es la más alta entre todos los grupos de edad con discapacidad y desciende al 24,3% para aquellos entre 26 y 44 años, y al 18,2% para los mayores de 45 años.

Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, explica: «La ausencia de experiencia laboral, la alta competencia, las redes de contacto más limitadas entre los jóvenes o las expectativas y requisitos de las ofertas de empleo, hacen que las personas que buscan un primer trabajo encuentren grandes dificultades, que se ven amplificadas en el caso de los jóvenes con discapacidad, debido al gap formativo, la ausencia de accesibilidad y/o prejuicios y estereotipos que frenan la voluntad de los empleadores a la hora de incorporarlos a los equipos de trabajo».

Esta situación tiene un efecto significativo en la percepción de los jóvenes con discapacidad. El 86% de ellos ve «muy difícil» acceder a un primer empleo y más de tres cuartas partes (76,5%) creen que tardarán más de un año en encontrarlo. Mesonero subraya la importancia de fomentar la sensibilización y formación de los empleadores, mejorar la accesibilidad en los lugares de trabajo e impulsar políticas activas de empleo para equiparar sus oportunidades laborales.

Además de las barreras culturales, un 82,2% de los encuestados considera que los prejuicios y estereotipos asociados a la discapacidad son el mayor impedimento para competir en igualdad de condiciones con el resto de la población activa. Asimismo, un 56,7% de los jóvenes con discapacidad declara haber sentido discriminación en el proceso de búsqueda de empleo, especialmente durante la fase de currículum y en la entrevista de trabajo.

En el ámbito formativo, el 55% de los jóvenes con discapacidad tiene una vocación específica pero no cree poder dedicarse a ella profesionalmente debido a la falta de formaciones homologadas y adecuadas para su tipo de discapacidad. Mesonero destaca que deben fortalecerse los apoyos desde edades tempranas y mejorar la inclusión en las escuelas.

La autoestima y la independencia económica son las principales motivaciones de los jóvenes con discapacidad para trabajar. Un 72,3% ve en el empleo una oportunidad para incrementar su autoestima y realizarse profesionalmente, mientras que un 68,4% busca ser independiente económicamente y un 55% aspira a ampliar su círculo social y red de contactos.

El informe también subraya la efectividad de los programas de mentoring. Un 84,9% de los jóvenes con discapacidad muestran interés en participar en estos programas dirigidos por profesionales de empresas, lo cual les proporciona guía personalizada y construye relaciones sostenibles que mejoran su confianza en el mercado laboral.

Finalmente, la Fundación Adecco ofrece diez claves para que los jóvenes con discapacidad encuentren su primer empleo. Estas incluyen identificar y destacar las habilidades blandas, redactar cartas de motivación, formarse en áreas relacionadas con el empleo, convertir la discapacidad en una fortaleza, utilizar la inteligencia artificial para crear CVs personalizados, aprovechar servicios de apoyo y redes de contacto, buscar empresas inclusivas, ser proactivos y perseverantes, establecer objetivos claros, y mantener una actitud positiva.

En conclusión, abordar las barreras culturales y el gap formativo es indispensable para construir entornos laborales inclusivos donde los jóvenes con discapacidad puedan desarrollarse y aportar su talento, beneficiando así a toda la sociedad.