El Teatro Circo de Albacete ha sido galardonado con el premio a la Permanencia del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha (COACM) en la categoría de ‘Rehabilitación’, durante una ceremonia celebrada en Cuenca. Este reconocimiento se debe a la exitosa rehabilitación del emblemático edificio, que data de 1887 y fue concebido por los arquitectos Juan Caballero, Emilio Sánchez y Carlos Campos. Caballero, al recoger el premio, destacó el objetivo de la comunidad: conseguir que la UNESCO lo declare Patrimonio Mundial.
La candidatura del Teatro Circo de Albacete como Patrimonio Mundial de la UNESCO fue presentada en un evento organizado por la Asociación Nacional de Amigos de los Teatros Históricos de España (AMIThE) en Madrid, en noviembre de este año. Este esfuerzo busca asegurar la preservación de un tipo de edificación que representa una parte crucial de la historia de las artes escénicas en Europa, especialmente desde el siglo XIX.
Este teatro-circo, un híbrido arquitectónico que combina la funcionalidad de un teatro con la del circo, es el único de su especie que aún mantiene su estructura original y combina ambas actividades. A lo largo de su historia, ha logrado adaptarse a las diversas demandas culturales y tecnológicas, convirtiéndose en un referente para la vida cultural de Albacete.
El Teatro Circo de Albacete fue inaugurado en 1887, en el contexto de una ciudad en crecimiento económico y cultural, impulsado por el desarrollo ferroviario. Desde su apertura, ha sido un punto de encuentro para distintos espectáculos, incluyendo actuaciones circenses y proyecciones cinematográficas. Sin embargo, la Guerra Civil y el paso del tiempo han afectado su estructura, llevando a múltiples reformas que, aunque necesarias, alteraron su diseño original.
La rehabilitación completada en 2002 respetó y recuperó la esencia del edificio, restaurando su imagen histórica y adaptándose a las nuevas exigencias escénicas. Se optó por un diseño que respeta la tipología clásica del teatro-circo, recuperando características arquitectónicas y funcionales que permiten que el teatro siga siendo un espacio multiuso.
Además, la implementación de nuevos sistemas acústicos y de iluminación han modernizado el espacio sin perder su carácter histórico, logrando así un equilibrio entre tradición e innovación. La comunidad ha jugado un papel fundamental en la restauración y conservación del teatro, que no solo simboliza un legado cultural, sino que también refleja el compromiso de los ciudadanos con su patrimonio.
El Teatro Circo de Albacete sigue siendo un lugar único en el mundo, donde la cultura y la historia se entrelazan, y las esperanzas de que sea reconocido internacionalmente por su valor histórico y arquitectónico están en aumento con el respaldo de la comunidad.