Curiosa efeméride de Iker Casillas con la Selección. Igualará a Andoni Zubizarreta a 126 internacionalidades en Wembley, estadio precisamente en el que debutó con la Sub 15 hace también 15 años.
La verdad es que nada ha sido normal en la vida deportiva de Casillas. Fue un aventajado en las categorías inferiores del Real Madrid como recuerdan los que coincidieron con él en la antigua Ciudad Deportiva porque siempre iba un paso por delante del resto. Alternaba entrenamientos con chavales de su edad con otros más mayores a sabiendas que era el indicado para custodiar la portería en los distintos filiales.
Tímido y afable fuera del campo se transformaba cuando se enfundaba los guantes. Entonces perdía la vergüenza para gritar y corregir a sus compañeros desde su posición. En el cuerpo de un adolescente hubo siempre una de las apuestas por el fútbol europeo y mundial.
Todos destacan en sus inicios su desparpajo, seguridad bajo palos y espectacular uno contra frente al delantero, cualidades anormales en un chaval. A los 15 años recibió la primera llamada de los profesionales. Las lesiones de Ilgner y Contreras, obligaron a los responsables técnicos a buscar una solución en la cantera para un partido de Champions ante el Rosenborg, en el que finalmente fue suplente de Cañizares.
Desde entonces vivió una ascensión meteórica tanto con el Madrid como con España. Como un capricho del destino sería el propio Iker, quien cerraría las puertas de la titularidad a Cañete en la Selección, después de años esperando su turno con Zubizarreta. Sencillamente porque Casillas es un elegido que surge cada mucho tiempo para crear una leyenda. Tiene 30 años, edad dulce para un guardameta, o sea que si las lesiones le respetan podrá dejar obsoletos todos los registros en su club y en el equipo nacional.
El Santo de Móstoles recibirá una placa y una gorra conmemorativa junto al resto de los internacionales centenarios antes desplazarse con la expedición nacional a Londres para jugar frente a Inglaterra el día que igualara a Zubi en Wembley.