Más de un millón de personas han regresado en los últimos diez meses a Jartum, la capital de Sudán, devastada por la guerra. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha alertado que, a pesar de este alto número de retornos, los servicios básicos continúan desbordados y hay brotes recurrentes de enfermedades en la región.
Desde noviembre de 2024 hasta septiembre de 2025, miles de familias han buscado reconstruir sus vidas en Jartum tras meses de desplazamiento forzado. La magnitud de este retorno es vista tanto como un signo de resiliencia como una advertencia sobre las sombrías condiciones que aún persisten. Ugochi Daniels, directora de Operaciones de la OIM, visitó recientemente el país y describió la situación como alarmante. Relató que muchos de los que regresan a Jartum se encuentran en una ciudad «aún marcada por el conflicto», con viviendas destruidas y servicios apenas operativos.
Jartum acoge actualmente a aproximadamente 3,77 millones de personas desplazadas, lo que significa que los retornos solo representan una cuarta parte de los que han sido despojados de sus hogares a causa del conflicto. Se estima que 2,7 millones más podrían regresar si las condiciones de seguridad y los servicios esenciales mejoran.
A lo largo de este mismo periodo, en todo Sudán se registraron 2,6 millones de retornos, incluyendo 523.844 personas que cruzaron las fronteras hacia el país, especialmente desde Egipto, Sudán del Sur y Libia. Aunque hay señales aisladas de estabilidad, la OIM advierte que la crisis humanitaria en Sudán sigue siendo grave. Enfermedades como el cólera, el dengue y la malaria se están propagando, lo que hace aún más urgente la necesidad de invertir en agua potable, atención médica y otros servicios básicos.
Muchos de los retornados viven en condiciones precarias, en moradas o centros colectivos dañados, con escaso acceso a agua potable y atención médica. Más de la mitad de ellos se encuentra en zonas rurales, y casi la mitad son niños, lo que añade una dimensión más compleja a esta crisis humanitaria.
En el contexto de la guerra, la situación se ha vuelto especialmente crítica en El Fasher, la capital sitiada de Darfur del Norte, donde más de un millón de personas han huido desde el inicio del conflicto entre el ejército y la milicia rival en abril de 2023. Miles de civiles continúan atrapados en medio de bombardeos indiscriminados y violencia, con algunos grupos etnicos siendo atacados. Se ha registrado que ciudadanos recurren a alimentar a sus familias con alimentos destinados a animales para sobrevivir.
Recientemente, más de 13.000 personas se desplazaron en Darfur del Norte y Kordofán Occidental debido al aumento de la inseguridad. Aunque las agencias de la ONU intentan brindar asistencia a las comunidades afectadas, el acceso a las zonas necesitadas sigue siendo muy complicado.
La guerra civil en Sudán ha desplazado a más de diez millones de personas, arrasado gran parte de Jartum y desencadenado una de las crisis humanitarias más severas del mundo. La OIM ha vuelto a instar a las partes en conflicto a silenciar las armas y buscar soluciones duraderas para el sufrimiento del pueblo sudanés. Según la organización, aunque la población ha demostrado una asombrosa resiliencia y deseo de reconstruir sus vidas, la vida en Sudán sigue siendo extremadamente frágil.
Fuente: ONU últimas noticias





