Los italianos se plantaron en su campo con las ideas claras y la férrea convicción de que pasarían a la cuartos si lograban frenar las embestidas del Madrid. Aunque estas embestidas fueron pocas, tan pocas que se pueden contar con los dedos de la mano: tan sólo dos llegadas de Baptista y el gol de Raúl en un dudoso fuera de juego.
Sin Van Nistelrooy y Sergio Ramos los merengues no supieron resolver el encuentro, o no pudieron. Gago y Diarrá fracasaron en sus posiciones, Pepe no dió su mejor cara y Salgado nos hizo echar de menos a lateral sevillano. Las esperanzas estaban puestas en las genialidades que Guti se saca del bolsillo y en el regreso de Robinho, pero el primero no tuvo su día y el segundo aquejó su reciente lesión.
La Roma se encontraba cómoda, y sólo en algunos momento pareció ceder la iniciativa al Madrid, pero era una mera ilusión. Un tiro seco y un mano a mano de la ‘Bestia’ fue lo más cerca que estuvo el Madrid del gol en el primer tiempo. Por el contrario los de Spallei asustaban cuando llegaban y desquiciaron a los centrales madridistas moviéndose continuamente. Aún así las esperanzas no se perdieron, pero el principio del fin llegó con la expulsión de Pepe. Con el Real Madrid en inferioridad numérica la Roma apretó y consiguió el 0-1 de la mano de Taddei y poco después Raúl consiguío el empate en posición dudosa que al árbitro no pitó como fuera de juego. Lo últimos minutos del encuentro dieron cabida a la ilusión pero Vucinic se encargó de quitarla marcando el segundo para los italianos en tiempo de descuento.
Un año más el Real Madrid se queda sin cuartos, y un año más la décima se aleja de las vitrinas del Bernabeu.
