El Real Madrid rejuveneció al menos 20 años al geriátrico del AC Milán. Y sino que se lo digan al paralítico futbolísticamente hablando de Ronaldinho que durante toda la primera parte parecía que iba en silla de ruedas y le impedía moverse de su zona y luego en la segunda parte, armando follón y regateando como en sus mejores tiempos a Pepe, el brasileño ha trabajado por un mes.
Si el Milán se movió lento, el Madrid se movió menos pero no por edad como los italianos, que se comprende, sino por desgana y autocomplacencia. Ambos conjuntos están más o menos empatados en individualidades pero no en fuerza (Real Madrid) y experiencia (Milán). Pero lo peor es el pecado de la pereza madridista, ¿Pellegrini donde estás (1)? y claro así es normal la derrota merengue. Porque para mí el Milán no ganó, no, sino que el Madrid perdió él solito.
Vamos con el partido, lo dicho, la primera parte muy sosa, muy lenta y muy soporífera. El primer gol de picardía obra de Raúl, más bien del que «nunca hace nada» pero marca, tras fallo clamoroso del portero lombardo en el minuto 19. No sin antes que el árbitro se comió un penalti super clarísimo a Benzemá que vería hasta el último antimadridista, ¡que horror de arbitraje pero no es excusa!. De esta manera, acabamos todos anestesiados (Madrid, Milán, afición, árbitro y creo que hasta Florentino). Raúl era el único que comprendía que vestía la camiseta del club de fútbol más laureado (cómo «club en general» se lo reconozco al Barça) del planeta y por eso su gol.
Los merengues van a la deriva, sin plan, sin esquema, ¿Pellegrini donde estás (2)?, sin trabajo, sin pasar buen momento de forma (Casillas, Kaká y Sergio Ramos off) y una vez más nos maldicen las lesiones (Cristiano, Higuaín, Arbeloa, Guti..). Hasta el minuto 62, apareció una genialidad de larga distancia de Pirlo, tremendo zambombazo teledirigido, golazo sin paliativos. El Milán se animó como cuando empiezan a bailar los ancianos en la verbena. Entonces fue cuando San Casillas, alias el recolector de setas o uvas o como más te guste, la cagó esta vez con el segundo gol introducido por Pato (1 – 2) y comprometió el encuentro que ya estaba roto.
Pellegrini, alias el menos sangre que la novia de drácula, que estoy seguro que le tuvieron que decir que hiciera cambios introdujo a Drenthe (bien) por Granero (mal). No entiendo porque no quitó al espeso de S. Ramos. El pequeño holandés tuvo un día inspirado como aquel gol desde fuera del área contra el Sevilla en partido de Supercopa de España, volvió a meter un gol parecido y muy bueno (2-2).
Llegados a este punto con empate en el marcador y con 15 minutos todavía por delante, el Madrid lejos de echarse a atrás y aguantar como equipo pequeño el resultado, se hecho a la ofensiva total con desgana y sin ser el día de ninguno. Está claro que es mejor el empate si ni crees ni te sientes capacitado en la victoria. Los blancos eligieron lo segundo, atacar con desgana y el resultado fue que el Milán metió dos goles más, pero uno lo anuló el árbitro sin saber por qué y además en saque de esquina, si llegan a dar por bueno el tanto, ¿cuántos van yá?. ¿Pellegrini donde estás (3)?. Seedorf tuvo todo el tiempo del mundo para ver el pase a Pato que fusiló de volea y puso el 2 – 3 final. El grupo C de Champions League ajustadísimo.
El Real Madrid se queda en evidencia cuando el rival es serio y de primera línea, da igual que sea una panda de viejas glorias (AC Milán), un equipo en construcción (Juventus en pretemporada) o el Sevilla. Algo que ni con 300 millones de euros de inversión ni aunque juegue los jugadores del barça vestidos de blanco pueda cambiarlo.
Conclusión: Proclamo oficialmente al Real Madrid como animador sociocultural de geriátricos.
Imágenes: as.com, realmadrid.com
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