El diseño de interiores es un arte que combina funcionalidad y estética, y uno de los factores más determinantes para lograr un efecto visual deseado en cualquier espacio es la elección del color. En el caso de la cocina, un lugar que ha ganado protagonismo en los hogares modernos, el color puede jugar un papel crucial no solo en la atmósfera, sino también en la percepción de su tamaño.
Expertos en diseño de interiores afirman que los colores claros, como el blanco, el beige o los tonos pastel, tienen la capacidad de reflejar la luz, lo que ayuda a la habitación a lucir más amplia y aireada. Este efecto luminoso puede hacer que una cocina pequeña se sienta más abierta, proporcionando una sensación de amplitud que resulta esencial en espacios reducidos. “Optar por estos colores crea un entorno más acogedor y amplio, ideal para aquellas cocinas que carecen de metros cuadrados”, señala Laura González, arquitecta especializada en diseño de espacios.
Por otro lado, los tonos oscuros, como el azul marino, el gris oscuro o el negro, pueden tener un efecto contrario. Aunque aportan sofisticación y un carácter elegante, su uso excesivo en espacios pequeños puede hacer que la cocina se sienta más estrecha y cerrada. “Los colores oscuros absorben la luz y pueden resultar opresivos si no se equilibran adecuadamente con elementos más claros o con una buena iluminación”, advierte González.
La combinación de colores también influye en la percepción del espacio. Las cocinas que utilizan una paleta de colores equilibrada entre tonalidades claras y oscuras pueden beneficiarse de este contraste, creando una apariencia más dinámica y, al mismo tiempo, evitando que se vea abrumadora. “Usar un color principal claro y acentos oscuros puede ser una solución efectiva para mantener la amplitud sin sacrificar el estilo”, añade la experta.
Además del color de las paredes, el diseño de los mobiliarios y los accesorios también juega un papel significativo. Muebles de colores claros y una adecuada selección de utensilios y decoraciones pueden multiplicar la sensación de espacio. “Incluso la elección del color de los electrodomésticos, que recientemente han comenzado a presentar opciones más personalizadas, puede contribuir a la percepción general”, comenta el diseñador de interiores, Javier Romero.
En conclusión, al momento de planificar la renovación o el diseño de una cocina, es fundamental prestar atención a la paleta de colores que se elija. La manera en que los colores interactúan con la luz y cómo afectan la percepción del espacio puede ser la clave para crear una cocina que no solo sea funcional, sino también estéticamente agradable y cómoda. Con un entendimiento adecuado de estos principios, los propietarios pueden transformar sus cocinas en lugares que no solo cumplen con sus necesidades, sino que también amplifican la sensación de amplitud y bienestar.





