El Médicos que Regresó de su Jubilación para Ayudar en Gaza: Un Deber Moral

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El médico que interrumpió su jubilación y se fue a Gaza: "El trabajo humanitario es una obligación moral"

Después de una carrera de 43 años en Arabia Saudita, el pediatra Younis Awadallah, originario de Gaza y con casi 70 años de edad, anunció su retiro a finales de 2021. Sin embargo, la crisis humanitaria en la Franja de Gaza y el resurgimiento de la poliomielitis lo impulsaron a regresar al campo. Para Awadallah, esta decisión representaba más que una simple reactivación laboral; era un «mensaje de lealtad» hacia su profesión, hacia los niños de Gaza y hacia la institución que tanto le había dado.

Este regreso fue motivado por un profundo sentido de responsabilidad. «Sentí que mi larga experiencia y conocimiento de campo podrían marcar la diferencia en tiempos críticos», comentó en una entrevista para Noticias ONU.

La historia de Awadallah destaca en el documental «Una amenaza silenciosa sobre Gaza», realizado por UNICEF. Este filme da cuenta de la valentía de los trabajadores humanitarios que, a pesar de los peligros y el constante asedio, se esfuerzan por llevar vacunas a los niños en Gaza. A lo largo del último año, durante breves períodos de alto el fuego, Awadallah y su colega Fairuz Abu Warda vacunaron a la población infantil, convirtiéndose en referentes del sector sanitario. En 2025, la revista TIME lo destacó como una de las 100 personas más influyentes en salud.

A pesar de las dificultades, el médico asegura que el trabajo humanitario no se detiene. La pandemia de la poliomielitis en Gaza y las bombardeos constantes sólo han reforzado su determinación. «La valentía de estos trabajadores ilustra la idea de que, cuando se respeta la dignidad humana y se proporciona un acceso seguro, se pueden salvar vidas en los contextos más difíciles», enfatiza UNICEF.

El doctor Awadallah ha sido testigo del agotamiento, el hambre y el miedo que enfrentan sus colegas a diario. Sin embargo, ello no impide que siga trabajando en las campañas de vacunación, intentando llevar la esperanza a cada hogar. «El trabajo humanitario no se jubila», afirma. Su compromiso es tal que, a pesar del sufrimiento que ha visto, mantiene la convicción de que Gaza puede levantarse y proteger a sus niños.

En medio del constante peligro, su mensaje es claro: la protección de los trabajadores humanitarios «no es un lujo, sino un requisito esencial». Mientras continúa vacunando a los niños, Awadallah destaca la importancia de la resiliencia humana. «La resiliencia no es la ausencia de dolor, sino la capacidad de levantarse a pesar de las tragedias», comparte con emoción.

Como homenaje a quienes eligen arriesgar sus vidas por los demás, Awadallah afirma que el trabajo humanitario es más que un emplear, es una obligación moral. Su compromiso se ha traducido en una misión personal que lo aleja de su familia desde hace dos años, con la esperanza de poder reunirse con ellos pronto mientras sigue defendiendo vidas en Gaza.
Fuente: ONU últimas noticias