El Informe Preliminar de la Oficina de Derechos de Autor de EE. UU. sobre la Formación de IA se Equivoca en la Uso Equitativo

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En la próxima década, la inteligencia artificial generativa podría colocarse junto a la electricidad y los ordenadores como una de las tecnologías más transformadoras de la historia. Este avance conlleva tanto oportunidades como riesgos, lo que exige que las respuestas gubernamentales, incluidos los nuevos precedentes legales, aborden de manera reflexiva los posibles daños sin sacrificar los beneficios que esta tecnología puede proporcionar al público. Sin embargo, el informe preliminar de la Oficina de Derechos de Autor de Estados Unidos sobre el entrenamiento de la inteligencia artificial parece no estar a la altura de la situación.

El informe, publicado en medio de despidos polémicos en la Oficina, presenta una serie de cuestiones con diferentes niveles de complejidad. Sin embargo, en torno a la pregunta central de si el uso de obras protegidas por derechos de autor para entrenar a la inteligencia artificial generativa es un uso justo, el documento comete errores graves. La Oficina aplica incorrectamente principios de uso justo ya establecidos y favorece desmesuradamente a los propietarios de derechos, en detrimento de la creatividad y la innovación.

Los sistemas actuales de inteligencia artificial generativa requieren ser entrenados con colecciones masivas de obras creadas por humanos, lo que puede suponer millones de obras. Localizar a los titulares de derechos para obtener su autorización se convierte en una tarea casi imposible, especialmente para las pequeñas empresas. Si se determina que este tipo de entrenamiento se encuentra bajo las premisas del uso justo, no sería necesaria dicha autorización.

Actualmente, los tribunales están considerando múltiples demandas que cuestionan el uso justo en el entrenamiento de la inteligencia artificial. El juez federal Vince Chhabria está a punto de decidir sobre este asunto después de escuchar argumentos orales en el caso Kadrey v. Meta Platforms. Se espera que el Tercer Circuito analice una cuestión similar en Thomson Reuters v. Ross Intelligence. Los tribunales son capaces de aplicar la ley existente a usos y tecnologías específicas de inteligencia artificial, y es crucial que lo hagan de manera adecuada.

La discusión del uso justo en el informe presenta errores fundamentales que favorecen a los titulares de derechos. Aunque el informe no es vinculante, podría influir en decisiones judiciales, especialmente en casos como el de Kadrey, donde se ha instado al tribunal a atenerse a su análisis.

Es fundamental que los tribunales no sigan las conclusiones de la Oficina de Derechos de Autor si estas no son persuasivas, y las presentes no lo son. El análisis del uso transformador en el informe confunde el uso de obras para el entrenamiento de modelos con su uso para crear obras sustancialmente similares. Además, la Oficina malinterpreta principios básicos del uso justo y adopta una teoría novedosa de daño al mercado que nunca ha sido respaldada por un tribunal, lo que agrava aún más la situación.

Uno de los problemas radica en el análisis de uso transformador que propone la Oficina. Cualquier uso altamente transformador, que sirva a un propósito diferente al de la obra original, tiene más probabilidades de considerarse justo. Tradicionalmente, el uso de obras protegidas para desarrollar nuevas tecnologías se considera altamente transformador porque persigue un objetivo distinto. Aquí, las obras originales fueron creadas con diversos propósitos, por lo que su uso para entrenar modelos de lenguaje grandes es claramente diferente.

A pesar de ello, el informe parece soslayar esta conclusión al centrarse en cómo el modelo puede ser utilizado en el futuro, y no en el entrenamiento en sí. La noción de que la posible creación de obras similares a las originales impide el uso transformador es errónea.

La teoría sobre el daño al mercado adoptada por la Oficina presenta múltiples problemas. No solo confunde el entrenamiento con los resultados, sino que carece de respaldo en precedentes relevantes y se basa en especulaciones. Además, podría llevar a que se considere la pérdida de ingresos por licencias de usos justos como un daño en el mercado, lo que beneficiaría a grandes empresas de medios a expensas de la innovación y la creatividad.

Aún estamos analizando este informe, pero nuestra revisión inicial sugiere que la aproximación de la Oficina de Derechos de Autor al uso justo para el entrenamiento de inteligencia artificial generativa no se trata de una evaluación objetiva de la ley actual, sino de un juicio de políticas que no debería estar en manos de una oficina destinada a aplicar la ley existente.

Los tribunales deben seguir los precedentes establecidos en lugar de las especulaciones de la Oficina de Derechos de Autor en relación a la inteligencia artificial generativa.

Fuente: EFF.org