Una nueva era de inestabilidad global intensifica los retos para abordar el fenómeno de las drogas, empoderando a los grupos de delincuencia organizada y catapultando el consumo de drogas a niveles históricamente altos, según el informe Mundial sobre las Drogas de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), presentado este jueves.
En 2023, alrededor de 316 millones de personas han consumido drogas (excluyendo alcohol y tabaco), lo que representa el 6% de la población entre 15 y 65 años, un aumento significativo en comparación con el 5.2% en 2013. El cannabis sigue siendo la droga más utilizada, con 244 millones de usuarios, seguido por los opioides (61 millones), las anfetaminas (30.7 millones), la cocaína (25 millones) y el éxtasis (21 millones). La inestabilidad y el conflicto han dejado a nuevos grupos en situación de vulnerabilidad, lo que podría incrementar estas cifras en el futuro.
A pesar de que América Latina enfrenta el nivel más alto de violencia delictiva del mundo, en gran medida debido al tráfico de drogas, Europa también está experimentando un aumento de la violencia relacionada con las drogas, impulsada por la influencia de grupos delictivos de los Balcanes Occidentales en el mercado.
El tráfico de cocaína está distorsionando economías enteras en varias regiones de América Latina, afectando las inversiones y el bienestar comunitario. Además, el informe destaca las consecuencias medioambientales del cultivo y producción de drogas, que incluyen la deforestación, cambios en el uso del suelo y la contaminación del aire, agua y tierra, producto de la gran cantidad de residuos generados.
Los grupos del crimen organizado continúan innovando para maximizar la producción y el tráfico de drogas, aprovechando las crisis y dirigiendo su atención hacia poblaciones vulnerables. Ghada Waly, directora ejecutiva de la UNODC, enfatizó que es fundamental mapear a estos grupos para identificar sus vulnerabilidades y áreas de intervención, lo que requiere una inversión en tecnología y formación especializada para las fuerzas de seguridad.
En cuanto a la salud pública, los trastornos por consumo de drogas representan un costo significativo, con casi medio millón de muertes y 28 millones de años de vida saludable perdidos en 2021 debido a discapacidad y muertes prematuras. Se estima que solo una de cada 12 personas con trastornos de consumo de drogas ha recibido tratamiento en 2023.
Waly subrayó la importancia de invertir en prevención y abordar las causas raíz del tráfico de drogas, a través de un enfoque coordinado que incluya tecnología, cooperación transfronteriza, medios de vida alternativos y acciones de justicia para desmantelar redes criminales y reforzar la seguridad global, protegiendo así a las comunidades afectadas.
Fuente: ONU últimas noticias