En 2022, el gasto medio en atención sanitaria en la Unión Europea (UE) ascendió a 3.685 euros por habitante, lo que representa un incremento del 38,6% respecto a 2014, cuando se ubicó en 2.658 euros. Este aumento pone de manifiesto la creciente preocupación y necesidad de inversión en el sector sanitario europeo a lo largo de los últimos años, con variaciones significativas entre los diferentes países miembros.
Luxemburgo se posicionó como el país con el mayor gasto medio, alcanzando los 6.590 euros por habitante, seguido de Dinamarca con 6.110 euros e Irlanda con 5.998 euros. En el otro extremo, Rumanía, Bulgaria y Polonia registraron los gastos más bajos, con 858 euros, 990 euros y 1.137 euros respectivamente.
Desde el inicio de esta serie temporal en 2014, el gasto en atención sanitaria ha aumentado en todos los países de la UE. Letonia, Lituania y Rumanía experimentaron los mayores incrementos relativos, con un 140,5%, 125,6% y 123,1% respectivamente, lo que indica un esfuerzo significativo por mejorar sus sistemas de salud.
En términos del producto interno bruto (PIB), el gasto en atención sanitaria en el conjunto de la UE representó un 10,4%. Los países con los gastos relativos más elevados fueron Alemania, con un 12,6% de su PIB, Francia con un 11,9% y Austria con un 11,2%. En contraste, Luxemburgo dedicó solo un 5,6% de su PIB, Rumanía un 5,8% e Irlanda un 6,1%.
Sin embargo, no todos los países han mantenido esta tendencia alcista en relación al PIB. Solo seis países de la UE reportaron una disminución en la proporción de gasto sanitario respecto al PIB entre 2014 y 2022. Irlanda lideró estas reducciones, con una disminución de 3,4 puntos porcentuales, seguida de Dinamarca con una baja de 0,8 puntos y los Países Bajos con 0,5 puntos.
Estos datos reflejan la creciente necesidad de fortalecer y adaptar los sistemas de salud en toda Europa, a la vez que destacados desafíos financieros y de política pública que cada nación enfrenta para alcanzar una cobertura de salud eficiente y equitativa. Mientras algunos países han logrado avances significativos, otros aún enfrentan retos considerables en asegurar un acceso más equitativo y sostenible a los servicios de salud para sus ciudadanos.