En 2024, la Unión Europea ha alcanzado un gasto total en beneficios de protección social que asciende a €4.925.000 millones, lo que representa un incremento del 6,9% en comparación con el año anterior. Estos datos reflejan un importante esfuerzo por parte de los estados miembros en el ámbito del bienestar social, destinado a proporcionar apoyo a diversas categorías de la población.
La proporción de este gasto en relación al Producto Interno Bruto (PIB) de la UE se situó en el 27,3%, marcando un aumento de 0,6 puntos porcentuales respecto a 2023. Esto indica que una parte significativa de la economía europea se destina a la protección social, lo que puede interpretarse como un compromiso creciente hacia el bienestar de sus ciudadanos.
Entre los países de la UE, Finlandia lidera con un notable gasto en protección social, representando el 32,5% de su PIB. Le siguen Francia y Austria, con un 31,9% y un 31,8% respectivamente. En contraste, Irlanda, Malta y Hungría ocupan los últimos lugares en esta lista, con gastos de solo el 12,4%, 13,4% y 16,6% de su PIB.
En términos de categorías específicas de beneficios, el gasto en pensiones por vejez se alza como el principal componente, alcanzando los €2.044.000 millones, lo que equivale al 41,5% del total de la protección social. Los beneficios por enfermedades y atención médica también son significativos, con €1.463.000 millones, abarcando el 29,7% del gasto. Otras categorías incluyen discapacidad, supervivientes, familia e hijos, desempleo, vivienda y exclusión social.
El aumento del gasto en protección social ha sido uniforme en toda la UE, con los cambios más destacables en Estonia (+19,5%), Croacia (+17,8%) y Rumania (+17,5%). Por otro lado, los incrementos más modestos se han observado en Grecia (+3,2%), Suecia (+3,9%) e Italia y Dinamarca, cada uno con un crecimiento del 4,3%.
Este panorama de gastos refleja no solo la realidad económica de los países europeos, sino también la necesidad de adaptarse a las crecientes exigencias de protección social entre la población. Las estadísticas provienen de estimaciones tempranas de Eurostat, que abordan indicadores claves del Sistema Europeo de Estadísticas Integradas de Protección Social (ESSPROS) y que los países presentan de forma voluntaria.





