La evolución tecnológica y un creciente enfoque en la sostenibilidad están transformando el sector de los préstamos personales, convirtiendo esta herramienta financiera en una solución más dinámica y adaptada a las nuevas necesidades de los consumidores. En un entorno donde la digitalización avanza a pasos agigantados, los préstamos dejan de ser productos rígidos para convertirse en opciones personalizadas que responden a las exigencias de un público cada vez más conectado y consciente de su economía.
Actualmente, el modelo de financiación se posiciona como un aliado crucial para la gestión de gastos, especialmente en el ámbito del comercio electrónico, donde los préstamos personales ofrecen alternativas robustas para acceder a mayores cantidades de dinero y suplir necesidades que otras opciones no pueden satisfacer. La rapidez en este sector es primordial; en 2023, el mercado ha experimentado un crecimiento notable, impulsado por la entrada de nuevos actores y la colaboración entre entidades financieras y comercios, lo que ha ampliado las opciones disponibles para el consumidor.
La digitalización juega un papel fundamental en este cambio. Los procesos automatizados permiten a los usuarios solicitar y obtener préstamos en cuestión de minutos y desde cualquier lugar. Asimismo, el uso de herramientas de machine learning y modelos predictivos mejora la evaluación de riesgos y la personalización de las ofertas, siendo estos aspectos cruciales en un mercado tan competitivo, donde adaptarse al perfil del cliente es clave.
Xochitl Gonzalez Mora, CMO de Oney, destaca que la inversión en tecnología ha llevado a una mejora continua en los procesos de la entidad, resultando en mayor rapidez, seguridad y personalización. Gracias a estas innovaciones, se estima que el 80% de los préstamos evaluados por Oney son gestionados de forma automatizada, lo que mejora tanto la experiencia del usuario como la inclusión financiera.
Por otro lado, la sostenibilidad y las finanzas responsables están evolucionando en el ámbito del crédito personal. Las compañías buscan ofrecer financiación inteligente y adaptada a cada etapa de la vida, incorporando elementos de educación financiera y promoviendo iniciativas relacionadas con la economía circular y la transparencia en sus procesos.
El futuro también se verá afectado por regulaciones que buscan equilibrar la protección del consumidor con la accesibilidad al crédito, lo que requerirá que las entidades se adapten sin comprometer la experiencia del usuario. De acuerdo con las proyecciones, para 2030, solicitar un préstamo será un proceso prácticamente automático, impulsado por la centralización de datos y el uso de inteligencia artificial, facilitando así el acceso al crédito a grupos que históricamente han sido excluidos.
En resumen, el sector de los préstamos personales está en un proceso de transformación hacia una modalidad más flexible, personalizada y alineada con los hábitos actuales de consumo. Con la evolución continua de la tecnología, la inteligencia artificial y un fuerte enfoque en la sostenibilidad, entidades como Oney están bien posicionadas para liderar este cambio y atender las necesidades de un consumidor que busca no solo financiación, sino también experiencias adaptadas a su estilo de vida.