Un nuevo proyecto de forestación ha recibido una autorización ambiental favorable, marcando un hito en la gestión sostenible de los recursos naturales y en la lucha contra el cambio climático. Promovido por la empresa Sierra Nevada, S.A., bajo la dirección técnica de Silviproject, S.L., la iniciativa tiene como objetivo la creación de una masa forestal mixta que absorberá más de 200.000 toneladas de dióxido de carbono (CO2) durante un periodo de 35 años. Esta acción no solo contribuirá a mitigar el cambio climático, sino que también está diseñada para reducir el riesgo de incendios e inundaciones.
El proyecto, conocido como «Las Lomas Live 1 y 2», ha sido sometido a un exhaustivo proceso de evaluación ambiental simplificada en el que han participado diversas administraciones y colectivos. Como resultado, el área de intervención se ha reducido de 136 a 119,3 hectáreas, excluyendo zonas de alto valor ecológico. Además, se han implementado medidas de protección para la alondra ricotí, un ave en peligro de extinción que habita regiones aledañas.
Entre las especies que se plantarán se incluyen sabinas y encinas, junto con cedros del Atlas, que aunque son considerados alóctonos, tienen una historia fósil en la península ibérica. Con una densidad inicial estimada de 1.283 árboles por hectárea, el proyecto pretende diversificar el ecosistema, siempre usando técnicas de silvicultura manual para reducir el impacto ambiental.
Sierra Nevada y Silviproject destacan por utilizar Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN), que buscan restaurar ecosistemas al respetar los procesos naturales, a diferencia de las soluciones convencionales que dependen de infraestructuras artificiales. Este enfoque holístico permite no solo la creación de un sumidero de carbono, sino también la mejora de la calidad del suelo, el aumento de la infiltración hídrica y el fortalecimiento de la conectividad ecológica.
La protección específica de la alondra ricotí ha sido un elemento crucial en la autorización del proyecto. Se han establecido franjas de amortiguamiento que prohíben ciertas actividades durante el período reproductor del ave, asegurando su conservación en el área.
El cedro del Atlas, uno de los árboles elegidos para esta iniciativa, es conocido por su alta capacidad de secuestro de carbono y su adaptabilidad a los cambios climáticos, lo que lo convierte en una especie ideal para combatir el impacto ambiental negativo. La estrategia de plantación y cuidado a largo plazo promete no solo un futuro más verde, sino también una mejor gestión del perímetro forestal, mejorando así la resiliencia frente a fenómenos climatológicos adversos.