El 35,5% de las personas con discapacidad en edad laboral se encuentra actualmente ocupada o en busca de empleo, un dato que evidencia la necesidad de implementar intervenciones y acompañamiento desde la infancia. La Fundación Adecco ha presentado su decimocuarto informe «Discapacidad y Familia», el cual pone de manifiesto cómo la discapacidad impacta en el bienestar emocional, social y laboral de las familias que conviven con esta realidad.
El informe, basado en una encuesta a 364 familias con hijos e hijas con discapacidad, revela que la llegada de un miembro con estas características a una familia genera cambios significativos que requieren nuevos aprendizajes y adaptaciones. A través de este estudio, se subraya la importancia de los apoyos iniciales para prevenir un aumento de la vulnerabilidad familiar, que a menudo se traduce en agotamiento emocional y sensación de soledad.
En este sentido, el apoyo social se convierte en un factor clave para un afrontamiento positivo. Las familias que cuentan con redes de apoyo y recursos profesionales desde el inicio tienen más herramientas para fomentar la autonomía de sus hijos, contribuyendo así a su desarrollo y preparación para una vida independiente. Sin embargo, la falta de recursos adecuados desde las etapas tempranas de vida de los niños y niñas con discapacidad impide que desarrollen su máximo potencial, lo que, en último término, se traduce en una baja tasa de actividad laboral en la edad adulta.
El estudio pone de relieve que el diagnóstico de una discapacidad conlleva un impacto emocional profundo en las familias, a menudo marcado por sentimientos de miedo, desorientación y tristeza. Además, la incomprensión por parte del entorno social también puede exacerbar la sensación de soledad, lo que dificulta aún más la adaptación a esta nueva realidad.
El informe indica que, aunque un 27,5% de las familias se siente acompañada por su entorno, un 72,5% no tiene la misma percepción. Esto pone de manifiesto la falta de conocimientos y recursos en el entorno familiar y social para abordar la llegada de un diagnóstico de discapacidad, lo que puede generar malentendidos y sentimientos de aislamiento.
Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco, enfatiza que la integración y participación laboral de las personas con discapacidad no debe ser vista como un fenómeno aislado, sino como parte de un problema estructural que ha persistido en las últimas décadas. Para revertir esta situación, es esencial fomentar un modelo de acompañamiento integral, que comience desde la infancia y que promueva habilidades específicas y trayectorias más autónomas.
Además, la conciliación entre la vida familiar y laboral se convierte en un desafío aún mayor para las familias que tienen un miembro con discapacidad. Un 38,5% de estas familias menciona haber podido conciliar sin cambios significativos, pero hay un 46% que reporta haber tenido que hacer ajustes en su jornada laboral, con un 11% de uno de los progenitores abandonando su empleo. Esta realidad se complica aún más por la escasa comprensión del entorno laboral.
En conclusión, para promover una mayor inclusión y bienestar de las personas con discapacidad y sus familias, es crucial ofrecer apoyo emocional y social de manera continua. La Fundación Adecco trabaja en este sentido a través de su Plan Familia, un programa diseñado para dotar a las personas con discapacidad de las habilidades necesarias para su integración laboral, acompañado de un soporte que involucra a toda la unidad familiar.