La representante de ONU Mujeres en Ucrania, Sabine Freizer Gunes, ha compartido su experiencia sobre la situación crítica que enfrentan los ciudadanos ucranianos tras los recientes ataques en Kiev. En una entrevista tras visitar la región de Sumy, donde la guerra ha dejado una huella profunda, Freizer Gunes describió tanto el agotamiento emocional como la resiliencia que ha observado.
La vida en Kiev se ha vuelto sumamente complicada. Los bombardeos y las sirenas de ataque aéreo no dan tregua, obligando a los residentes a vivir en constante estado de incertidumbre. Freizer Gunes, quien está lejos de su familia por motivos laborales, ha señalado que el mayor reto no es el miedo, sino la falta de previsibilidad sobre lo que le deparará cada noche.
A pesar de la adversidad, la vida en comunidades cercanas al frente, como Sumy, continúa. Muchos habitantes han optado por permanecer en sus hogares, incluso en áreas que han estado bajo ataque por años. Freizer Gunes ha resaltado la notable determinación de los civiles que, a pesar del peligro, intentan mantener un sentido de normalidad, con negocios y actividades culturales que persisten.
ONU Mujeres ha estado colaborando con organizaciones locales para brindar apoyo a las mujeres, especialmente a las ancianas que, a menudo, son las últimas en abandonar sus hogares. Se han organizado actividades que incluyen asesoría legal, capacitación y apoyo psicosocial, además de suministros básicos para facilitar que estas mujeres permanezcan en sus comunidades.
Una de las anécdotas más conmovedoras compartidas por Freizer Gunes fue la reacción de mujeres trabajadoras de ONG, quienes expresaron que el apoyo más valioso que recibieron no fueron los recursos materiales, sino la oportunidad de pasar tiempo en un entorno tranquilo, algo que les permitió recuperarse emocionalmente.
Sin embargo, la guerra ha dejado estragos en la salud mental de todos los ucranianos. Freizer Gunes confirmó que prácticamente todos los que han vivido la invasión sufren algún tipo de problema psicológico. Entre las iniciativas, se está capacitando a mujeres en oficios que tradicionalmente han sido masculinos, como la conducción de autobuses, dado que muchos hombres están en el frente de batalla.
La violencia sexual en el contexto del conflicto es otra área de preocupación. Aunque el Gobierno ucraniano ha instado a las víctimas a denunciar, se cree que muchos casos siguen sin ser reportados, especialmente en territorios ocupados. La gran mayoría de las víctimas son hombres, lo que demuestra la complejidad de este problema.
Finalmente, Freizer Gunes expuso su preocupación por los recortes en fondos destinados a organizaciones de derechos de las mujeres, que están afectando gravemente su capacidad para ofrecer servicios cruciales. Un estimado del 73% de estas organizaciones ha enfrentado interrupciones significativas en sus operaciones, lo que compromete directamente la vida de muchas mujeres en Ucrania.
La situación sigue evolucionando, pero la resiliencia y la voluntad de ayudar entre los ciudadanos ucranianos y las organizaciones internacionales se mantienen firmes en medio de la adversidad.
Fuente: ONU últimas noticias