El subsecretario general adjunto de las Naciones Unidas para Asuntos Políticos y de Consolidación de la Paz y para Operaciones de Paz, Khaled Khiari, alertó este martes ante el Consejo de Seguridad sobre el aumento de las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela, provocadas por la creciente presencia y operaciones militares estadounidenses en el sur del Caribe, cerca de las costas venezolanas. Durante su intervención, Khiari subrayó que esas operaciones han aumentado desde la última sesión del Consejo sobre el tema, celebrada el 10 de octubre.
Estados Unidos justifica sus acciones en la región como parte de un «conflicto armado no internacional» contra el narcotráfico, invocando el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas. El presidente estadounidense, Donald Trump, ha afirmado que usará «todo el poder de Estados Unidos» para eliminar los cárteles de la droga, sin importar su ubicación.
La respuesta del Gobierno de Venezuela ha sido de fuerte rechazo, denunciando las acciones estadounidenses como una grave amenaza a la paz y la seguridad internacionales. Caracas ha presentado comunicaciones formales al Consejo de Seguridad donde acusa a EE.UU. de violar la prohibición del uso o la amenaza de la fuerza, así como su propia soberanía e integridad territorial.
Khiari también reportó que las operaciones militares estadounidenses han resultado en la muerte de al menos 105 personas desde el 2 de septiembre, en ataques a embarcaciones sospechosas de tráfico de drogas en aguas del Caribe y el Pacífico Oriental. El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha calificado estos ataques aéreos como contrarios al derecho internacional y ha solicitado investigaciones independientes.
La situación se intensificó hacia finales de noviembre y diciembre, cuando EE.UU. designó al denominado Cartel de los Soles como organización terrorista extranjera y cerró completamente el espacio aéreo de Venezuela, además de incautar buques petroleros. Las autoridades venezolanas han calificado estas medidas como un bloqueo aéreo y naval unilateral y han comenzado a escoltar sus propios buques petroleros en respuesta.
A pesar del respaldo de algunos aliados regionales a las acciones estadounidenses, otros países han expresado su preocupación por la creciente militarización en la zona y han instado al respeto del derecho internacional y la soberanía de los Estados. La voz de varios países pide distender las tensiones y promover el diálogo.
Khiari también abordó la situación interna de Venezuela, marcada por una mayor militarización, denuncias de reclutamientos forzosos y restricciones a libertades fundamentales, en medio de un creciente deterioro económico. Subrayó que las sanciones han afectado desproporcionadamente a los sectores más vulnerables de la población.
El embajador de Estados Unidos en la ONU, en respuesta a esta situación, descartó cualquier reconocimiento a Nicolás Maduro como autoridad legítima y lo calificó de «fugitivo de la justicia estadounidense». Michael Waltz acusó al régimen de utilizar las ganancias del petróleo para financiar actividades criminales y terroristas, y defendió la aplicación estricta de sanciones en aguas internacionales.
A su vez, el embajador de Venezuela, Samuel Moncada, acusó al gobierno estadounidense de ejecutar un «crimen de agresión» contra su país. Denunció un historial de hostilidades, incluyendo el asalto a cargamentos de petróleo y ataques que resultarían en víctimas civiles, calificando estas acciones de «ejecuciones extrajudiciales» y «piratería».
Moncada exigió al Consejo de Seguridad que condene explícitamente la agresión de EE.UU. y pida el retiro de sus fuerzas militares, así como el levantamiento del bloqueo. En su mensaje final, apeló a la unidad y determinación del pueblo venezolano frente a esta crisis.
Fuente: ONU últimas noticias





