El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha emitido una grave advertencia sobre el futuro de los residuos plásticos, afirmando que, a menos que se firme un acuerdo internacional, la cantidad de desechos plásticos se triplicará para el año 2060. Esta proyección inquietante plantea serios riesgos tanto para la salud del planeta como para la de sus habitantes.
Las recientes conversaciones, lideradas por el PNUMA, surgen tras la decisión de los Estados miembros en 2022 de trabajar hacia un instrumento internacional jurídicamente vinculante que busque mitigar la crisis de la contaminación plástica, especialmente en los océanos, en un plazo de dos años. La magnitud del desafío es significativa; elementos como popotes, vasos, bolsas de plástico y productos de higiene con microesferas se suman a los desechos que contaminan mares y vertederos en todo el mundo.
Los defensores de un tratado global lo califican de crucial, comparándolo con el Acuerdo de París por su impacto potencial. Sin embargo, se ha identificado una fuerte oposición, especialmente por parte de los petroestados, que ven amenazados sus intereses económicos, ya que el petróleo y el gas natural son materias primas clave para la producción de plásticos. Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA, ha subrayado que «no podemos esperar que el reciclaje resuelva esta crisis; es necesaria una transformación sistémica hacia una economía circular”.
El acuerdo propuesto busca abarcar el ciclo de vida total de los plásticos, desde su diseño inicial hasta su producción y eliminación final, con el fin de promover una mayor circularidad y prevenir la contaminación. Un documento de 22 páginas que orienta las negociaciones incluye 32 borradores que se debatirán a fondo en el próximo cónclave.
Durante diez días, del 5 al 14 de agosto, este tema central será discutido en Ginebra por delegaciones de 179 países, junto con más de 1900 participantes de diversas organizaciones, científicos, ambientalistas y representantes de la industria. Un objetivo primordial de la reunión es intercambiar estrategias efectivas para reducir el uso de plásticos, explorando alternativas más seguras y sostenibles.
En paralelo, la revista médica The Lancet ha alertado sobre las repercusiones en la salud pública vinculadas a los plásticos, advirtiendo que estos materiales están detrás de enfermedades severas a lo largo de todas las etapas de la vida. Los especialistas sostienen que los niños son especialmente vulnerables. El impacto económico de estos problemas de salud está estimado en más de 1,5 billones de dólares anuales, lo que resalta la urgencia de abordar esta cuestión.
La secretaria ejecutiva del Comité Intergubernamental de Negociación sobre la Contaminación Plástica, Jyoti Mathur-Filipp, liderará las conversaciones en Ginebra. Según sus datos, en 2024 la humanidad consumirá más de 500 millones de toneladas de plástico, de las cuales 399 millones se convertirán en residuos. Proyecciones actuales indican que las fugas de plástico al medio ambiente podrían aumentar un 50% para 2040, acumulando daños que podrían ascender a 281 billones de dólares en el periodo de 2016 a 2040.
Hasta ahora, se han llevado a cabo cinco sesiones de negociación para establecer un tratado sobre plásticos, incluyendo reuniones en Uruguay, Francia, Kenia, Canadá y Corea del Sur, con el propósito de intensificar los esfuerzos para establecer un consenso internacional.
Fuente: ONU últimas noticias