El Aumento del Calor Extremo en Europa: Un Fenómeno en Crecimiento

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El calor extremo que asola a Europa, un fenómeno cada vez más frecuente

En las últimas semanas, numerosas regiones de Europa han experimentado un intenso calor que amenaza la salud de las poblaciones más vulnerables. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha calificado este fenómeno como un “asesino silencioso”, destacando el impacto letal que puede tener en la comunidad.

La OMM atribuye la intensificación de estas olas de calor al cambio climático provocado por la actividad humana. Según sus expertos, los eventos de calor extremo son cada vez más frecuentes, intensos y prolongados. Clare Nullis, portavoz de la OMM, enfatizó la importancia de la acción temprana y la cooperación entre gobiernos, servicios meteorológicos y sectores de salud pública para salvar vidas.

Julio, tradicionalmente el mes más caluroso en el hemisferio norte, ha traído consigo temperaturas muy por encima de la media en diversas regiones, incluyendo Europa Occidental, América del Norte, el norte de África, Medio Oriente y Asia Central. En el sur de España, la situación es particularmente alarmante, con temperaturas que alcanzan los 46°C. La agencia meteorológica española ha reportado condiciones extremas, y su homóloga francesa ha emitido alertas rojas en 16 departamentos, mientras que otros 68 se encuentran en alerta naranja.

El fenómeno se ha visto intensificado por un potente sistema de alta presión que atrapa aire caliente y seco del norte de África, creando un “domo de calor”. Ciudades en países como España, Portugal, Italia y Grecia enfrentan serios riesgos, mientras que el mar Mediterráneo muestra temperaturas superficiales anómalamente altas, lo que agrava la situación en las zonas costeras. En Marruecos, los termómetros han superado los 45°C en varias regiones, afectando gravemente la vida cotidiana.

Las ciudades son especialmente vulnerables a los efectos del calor extremo, debido al fenómeno conocido como “isla de calor urbana”. Esta situación ocurre cuando el asfalto, los edificios y la escasa vegetación elevan notablemente las temperaturas nocturnas, lo que incrementa el estrés térmico. Históricamente, más de dos tercios de las olas de calor más severas en Europa desde 1950 han tenido lugar desde el año 2000. Un informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) advierte que, para el año 2050, la mitad de la población europea podría enfrentar un riesgo alto o muy alto de estrés térmico.

Ante este panorama, la OMM está ampliando su iniciativa “Alertas Tempranas para Todos”, que incluye un mecanismo de coordinación y una red global de información sobre calor y salud. Recientemente, la OMM reunió a expertos en Londres para avanzar en la vigilancia de salud pública relacionada con el calor y establecer indicadores precisos para monitorear enfermedades y muertes asociadas a las altas temperaturas.

El objetivo es que las agencias de salud puedan implementar respuestas más rápidas y efectivas, especialmente para proteger a las comunidades más vulnerables. La organización también promueve un proyecto de Gobernanza del Riesgo por Calor Extremo, que busca integrar esfuerzos de los sectores climático, sanitario y de emergencia para afrontar de manera coordinada esta creciente amenaza.
Fuente: ONU últimas noticias