La primera parte del Atlético de Madrid fue muy mala, y eso que el once titular de Aguirre estaba más compensado que el del pasado sábado contra el Madrid, pero la presión y el empuje del Liverpool fue determinante para que Robbie Keane consiguió marcar el primer gol, aprovechándose de la posición ilegal, a partir de ese momento el encuentro llegó a una situación donde no era de nadie, y todo el mundo miraba al banquillo para ver la reacción del técnico mexicano, puesto que se podía haber ido a la calle hoy mismo con un mal resultado, así que decidió poner a calentar al Kun y a Miguel De Las Cuevas, y ambos entraron en la segunda mitad.
Con la entrada de estos dos jugadores la cosa cambió, el equipo colchonero comenzó a dominar el juego y a llegar con peligro a la meta de Reina, una y otra vez lo intentaban hasta que Maniche consiguió meter el primer gol, por desgracia no subió al marcador porque el linier levantó la bandera, en una acción que se equivocó, por suerte para todos Simao, a falta de ocho minutos para terminar el partido anotó el gol del empate.
Al final la afición colchonera no entendía porque su equipo se echaba para atrás, conformándose un poco con el resultado de empate, y no buscaba el gol de la victoria, se ve que nadie pensó en el desgaste de los jugadores, y sobretodo la necesidad de un resultado «bueno».