En 2023, el 63,4% de las víctimas registradas de trata de seres humanos en la Unión Europea fueron mujeres o niñas, lo que representa un ligero aumento del 0,6 puntos porcentuales en comparación con 2022, donde la cifra fue del 62,8%. Esta tendencia resalta la continua vulnerabilidad de estos grupos en situaciones de explotación.
Por otro lado, la proporción de mujeres entre los traficantes es significativamente menor que entre las víctimas. En el mismo año, solo el 24,2% de los sospechosos de trata eran mujeres, lo que representa un incremento de 1,0 puntos respecto al año anterior, cuando la cifra era del 23,2%. De los traficantes condenados, el 23,0% eran mujeres, lo que también muestra un crecimiento, aunque más pronunciado, de 1,4 puntos con respecto a 2022, cuando la cifra era del 21,6%.
Desde 2015, se ha observado una tendencia a la baja en la participación femenina en la trata de seres humanos. La caída más notable se ha dado en el número de víctimas mujeres, que pasó del 77,8% al 63,4%, una disminución de 14,4 puntos. Asimismo, ha habido una reducción del 6,7 puntos en el porcentaje de traficantes condenados que son mujeres, y una menor disminución del 1,5 puntos en el grupo de sospechosos.
Este contexto es motivo de reflexión, especialmente al coincidir con el Día Mundial contra la Trata de Personas, que se conmemora cada 30 de julio, un recordatorio urgente de que la lucha contra este flagelo continúa y se requiere un compromiso renovado para proteger a las personas más vulnerables.