En 2023, el 12,2% de la población de la Unión Europea informó que la contaminación, la suciedad o problemas ambientales impactaban su hogar, una disminución respecto al 15,1% registrado en 2019. Esta tendencia sugiere que las iniciativas recientes para mitigar el impacto ambiental están comenzando a dar frutos, aunque todavía queda un largo camino por recorrer.
Malta destaca como el país con la mayor proporción de población afectada por estas problemáticas, alcanzando un alarmante 34,7%. En el mismo orden, Grecia y Alemania reportaron cifras significativas, con un 20,5% y un 16,8%, respectivamente. Por el contrario, Croacia se posiciona como el país con el menor porcentaje, con apenas un 4,2%, seguido de Suecia con un 5,0% y Eslovaquia con un 5,8%.
Los datos revelan también que la exposición a la contaminación y otros problemas ambientales varía según el grado de urbanización. En áreas rurales, solo un 6,8% de la población reportó estar afectada, cifra que se eleva al 10,5% en ciudades pequeñas y suburbios. En las grandes ciudades, este porcentaje asciende a un preocupante 17,2%. Esto sugiere que vivir en entornos más urbanos está asociado con una mayor exposición a problemas ambientales, un asunto que merece atención por parte de las autoridades y la sociedad civil.
A medida que la Unión Europea continúa enfrentando desafíos ambientales, el monitoreo y análisis de estos indicadores es crucial para implementar políticas efectivas que protejan a la población y el entorno. La reducción en el porcentaje de personas que perciben el impacto de la contaminación puede ser un indicio positivo, pero las disparidades entre los países y los entornos urbanos y rurales subrayan la necesidad de un enfoque más integral y dirigido.